El grito de “¡Votaremos!” fue una de las consignas que ayer unieron a una multitud en el centro de Barcelona. Según las estimaciones de la Guardia Urbana, un millón de personas participaron en el acto que conmemoraba la fecha nacional de Cataluña, la Diada, que tuvo como eje el referéndum independentista convocado para el 1º de octubre.

La camisetas fluorescentes con el Sí a la independencia impreso se agotaron en la mayoría de los puestos que se instalaron en las calles. Mucho antes de que comenzara el acto ya no se conseguían. Las organizaciones convocantes propusieron llevarlas debajo de la ropa y descubrirlas todos al mismo tiempo, pero desde la mañana la gente las usaba a la vista.

Así, este año, ese verde fluorescente se sumó al amarillo y al rojo de la bandera catalana, y de la estelada, que agrega un triángulo con una estrella y se identifica con el independentismo. Esta última era por lejos la bandera más popular en la Diada. Se repetía, una junto a la otra, flameando, colocada a modo de capa, colgando en los balcones, en abanicos para aliviar el calor del final del verano y en los variadísimos artículos que se vendían en las calles.

A comienzos de la movilización se hizo un minuto de silencio dedicado a las víctimas de los atentados del 17 de agosto. Poco después se cantó el himno catalán, “Els segadors”, y los asistentes hicieron circular sobre la multitud una enorme estelada y tres grandes lonas. En una se veía una urna de votación y la leyenda “Referéndum es democracia”, otra llevaba el logo del Sí, y la tercera las palabras “paz” y “libertad”.

Ideas similares aparecieron en los discursos, que estuvieron a cargo de representantes de organizaciones independentistas: Asamblea Nacional Catalana (ANC), Ómnium Cultural y Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). El presidente de la ANC, Jordi Sànchez, llamó a reconocer la legalidad que emana del Parlamento catalán, en un momento en que el Tribunal Constitucional español ha declarado ilegales varias de sus decisiones, entre ellas la convocatoria al referéndum. Una y otra vez se oyó la consigna “Libertad, independencia”, y en distintos carteles se reivindicaba el derecho a expresarse mediante el voto.

Desde 2012, cuando fue convocada bajo el lema “Cataluña, nuevo Estado de Europa”, la marcha del 11 de setiembre ha sido una demostración de fuerza del independentismo. La movilización de aquel año reunió una multitud que algunos estimaron en 600.000 personas y otros en un millón y medio. La de ayer, que fue denominada “la Diada del Sí”, tuvo lugar en un momento en que el gobierno del presidente español, Mariano Rajoy, anunció que hará todo lo que sea necesario para impedir el referéndum independentista. Con ese objetivo, las autoridades españolas allanaron una imprenta y un semanario, por sospechas de que allí se imprimían papeletas para la consulta, y Rajoy advirtió a los alcaldes que “están obligados a cumplir la ley” y no deben apoyar la votación.

En una charla con periodistas extranjeros, Joan Rabasseda, integrante de AMI, dijo que de los 948 municipios catalanes, 787 están adheridos a esa asociación y colaborarán con la votación. Rabasseda es alcalde de Arenys de Munt, un municipio que convocó en 2009 su propia consulta sobre la independencia de Cataluña, que aunque sólo tuvo valor simbólico, es reivindicada por las fuerzas independentistas como una iniciativa pionera. Le siguió la consulta catalana del 9 de noviembre de 2014, cuyo resultado no era vinculante, a diferencia de lo que está previsto por las autoridades catalanas para el referéndum del 1º de octubre. Por aquella votación de 2014 fueron condenados a penas de inhabilitación para ejercer cargos públicos el ex presidente catalán Artur Mas y otros funcionarios.

Pese a estos riesgos, los alcaldes de AMI están decididos a facilitar la votación. Estaba en duda lo que haría la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que no declaró su apoyo al referéndum. Ayer volvió a marcar sus diferencias con esta propuesta, criticó las “prisas” del gobierno catalán, que a su entender dejan fuera de la iniciativa a “media Cataluña”, pero se manifestó dispuesta a hacer “lo posible” para que quienes quieran votar en Barcelona puedan hacerlo.

El gobierno catalán, liderado por Carles Puigdemont, tuvo su acto institucional de la Diada en la noche del domingo. A su llegada a la ceremonia oficial, en el Mercado del Born, Puigdemont fue ovacionado, al igual que la presidenta del Parlamento catalán y ex titular de la ANC, Carme Forcadell. En este acto, al que asistieron autoridades e invitados, se presentó un repaso, con música y danza, de distintas luchas sociales catalanas en defensa de derechos y libertades: igualdad de género, derechos civiles, diversidad sexual, libertad de prensa. También se recordaron los intentos que España hizo en el pasado, en particular en la dictadura de Franco, para homogeneizar la lengua castellana, impidiendo el uso del catalán.

También en este acto se cantó el himno y se escucharon algunas de las mismas consignas y cánticos que se habían escuchado en la manifestación de ayer. Una de ellas, con la que el público cerró el encuentro, fue: “Votaremos”.