Empezó la cuenta regresiva para las elecciones en Alemania, después de una campaña sin muchos sobresaltos que lidera indiscutiblemente la actual canciller, Angela Merkel. La líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que intenta renovar su mandato por cuarta vez, se mantiene a la cabeza de todos los sondeos de intención de voto y el domingo ganó el único debate electoral televisado, que la enfrentó contra el candidato del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz.

Los números muestran que la buena situación económica, el histórico descenso del desempleo, la estabilidad política y la posición de liderazgo del país en el contexto europeo siguen jugando a favor de la canciller, que 12 años después de haber asumido en el cargo encara la recta final de la campaña electoral con una cómoda ventaja de entre 14 y 17 puntos.

Intención de voto

Eso muestran las encuestas publicadas el fin de semana por las dos cadenas de televisión públicas de Alemania. Según el Politbarometer, sondeo elaborado por la cadena ZDF, si hoy se celebraran las elecciones, la CDU de Merkel alcanzaría 39% de los votos, frente al 22% que lograría el SPD. La encuesta de la cadena ARD, llamada Deutschlandtrend, también otorgó una fuerte ventaja a los conservadores (37%) frente a los socialdemócratas (23%). Este último estudio reveló además que 49% de los encuestados votaría a Merkel si se pudiera elegir de forma directa al jefe de gobierno, y 26% se decantaría por Schulz. Así las cosas, la canciller renovaría su liderazgo aunque sin mayoría absoluta, lo que la obligaría a formar alianzas con otras formaciones.

Con este impulso llegó Merkel al debate del domingo, en el que mostró su faceta más tranquila y conciliadora frente a un Schulz que, a pesar de ser más agresivo, no logró grandes momentos. Los dos candidatos tenían 90 minutos para responder a las preguntas, que estaban divididas en cuatro bloques: migración, política exterior, justicia social y seguridad interna. Pero la repartija no fue equitativa y la crisis de los refugiados, que abrió el debate, se prolongó durante tres cuartos de hora. El aspirante socialdemócrata reprochó a Merkel que haya abierto las fronteras a los refugiados sin implicar a países vecinos como Hungría o Polonia. “En la vida hay momentos en los que debemos tomar una decisión”, respondió Merkel, en referencia a la medida que adoptaron su gobierno y el austríaco en setiembre de 2015 de permitir la entrada en el país de las miles de personas atrapadas en Hungría. “Tenía cero esperanzas de que [el primer ministro húngaro, Viktor] Orbán fuera a abrirles el paso”, argumentó.

Schulz replicó que, a partir de ese momento, a Alemania no le quedó otra opción que acoger a la “ola de refugiados” que llegaba “mes a mes”, hasta alcanzar los 1,3 millones de solicitantes de asilo que ha recibido el país desde entonces. Una crítica poco original, que la líder de la CDU viene escuchando desde hace más de dos años de integrantes de sus propias filas y, sobre todo, desde la extrema derecha. Aun así, los sondeos indican que ese es precisamente uno de los puntos débiles del mandato de Merkel a ojos de muchos votantes.

De la crisis migratoria pasaron a la complicada relación con Turquía, en un momento de especial tensión por el reciente encarcelamiento de 12 ciudadanos alemanes por razones políticas. Schulz se refirió con preocupación a la “radicalización” del gobierno turco y prometió que, si llega a convertirse en canciller, abogará por romper las negociaciones para el ingreso de ese país en la Unión Europea. “El único lenguaje que entiende [el presidente turco, Recep Tayyip] Erdogan es el de la contundencia”, agregó el rival de Merkel. La canciller asentía con la cabeza. Cuando fue su turno, le recordó a su oponente que ella, a diferencia de los socialdemócratas, nunca estuvo a favor de que Turquía ingresara en el bloque europeo y se mostró a favor de “congelar” unas negociaciones que, de hecho, en estos momentos son “inexistentes”, aclaró. Para la canciller alemana, la mejor estrategia es intentar convencer a sus socios de frenar el acercamiento con Ankara en vez de cortar los lazos de manera unilateral.

El largo tramo dedicado a la crisis migratoria pudo haber jugado en contra de Schulz, que suele desenvolverse mejor en los temas sociales. Estos fueron planteados una hora después de comenzado el debate. El socialdemócrata, que cuando recién lanzó su candidatura llegó a empatar a Merkel en las encuestas, dijo que “claro que Alemania es un país rico”, pero que eso no quiere decir que no haya desigualdades en el seno de la sociedad. Después, criticó la creciente precariedad laboral, y acusó a Merkel de querer postergar la edad de jubilación hasta los 70 años.

“Cuando llegué al poder había cinco millones de desempleados, ahora estamos en alrededor de los 2,5 millones”, respondió la canciller, que frente a cada crítica respondía con el argumento de que la mayoría de las medidas adoptadas por su gobierno son “responsabilidad compartida” con el SPD, su actual socio de coalición. Hasta el momento, ninguno de los dos descartó una posible renovación de esta alianza en la próxima legislatura.

Una vez terminado el debate, las encuestas determinaron que la ganadora fue Merkel. La cadena ARD reveló que 55% de los encuestados consideraron que la canciller fue más convincente, creíble y simpática, aunque la mayoría opinó que su oponente se desenvolvió mejor de lo esperado. Otro sondeo, realizado por la cadena ZDF, también dio por vencedora a Merkel (32%) frente a Schulz (29%), aunque con menor diferencia.

La prensa alemana criticó ayer que el debate estuvo lejos de ser un enfrentamiento de ideas e hizo énfasis en las similitudes entre los dos aspirantes. Para los diarios Stuttgarter Nachrichten y Badische Zeitung, Schulz le dio la razón a la canciller en varias oportunidades, mientras que “Merkel se mantuvo como Merkel e hizo lo que mejor sabe hacer: explicó todo y nunca olvidó que el SPD sigue siendo miembro de su coalición”.