El presidente estadounidense, Donald Trump, designó a Jim Bridenstine como el próximo administrador de la NASA, cuya designación debe ser aprobada por el Senado. Bridenstine tiene 42 años y es un diputado del Partido Republicano por Oklahoma desde 2012. Antes de eso, fue director del Museo del Espacio y el Aire en Tulsa, Oklahoma, y fue piloto de combate de la Armada de Estados Unidos, por lo que participó en las guerras de Irak y Afganistán.

El diputado integra el Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la cámara baja, desde donde se ha concentrado en fomentar la actividad espacial de la NASA, que fue dejada en segundo plano en los últimos años. En el Congreso presentó el proyecto de la Ley del Renacimiento Espacial Estadounidense y ha promovido el regreso de las naves estadounidenses a la Luna. Pero Bridenstine promueve un cambio con respecto a la modalidad más habitual en este tipo de expediciones: aboga por que se hagan desde el sector privado, ya que entiende que en el futuro el gobierno de Estados Unidos “será un cliente de servicios espaciales rutinarios, no un proveedor”.

Según informó la agencia Efe, Bridenstine, que respaldó a Trump en la campaña electoral, es un escéptico del cambio climático, a cuya investigación la NASA dedica múltiples recursos. En una entrevista publicada en 2016 por la revista Aerospace America, que fue recordada ayer por varios medios, Bridenstine dijo que el clima “siempre ha cambiado” y que “hubo tiempos”, mucho antes de la intervención humana en la Tierra, en los que el planeta “era mucho más cálido que hoy”. La designación de Bridenstine parece ir en línea con los intentos de Trump de reducir los recursos que la NASA dedica a lo que define como “ciencias de la Tierra”, área en la que se incluye el cambio climático. Hasta ahora el Congreso ha impedido esta modificación por el rechazo que genera en la propia agencia estatal.

Si la designación es confirmada por el Senado, Bridenstine se convertirá en el segundo político elegido para este cargo, que usualmente es ocupado por científicos. El anterior fue James Webb, que en la década de 1960 dirigió el proyecto Apollo.

El cambio que promueve Trump en la dirección de la NASA fue rechazado por los dos senadores de Florida, el estado en el que tiene su sede la agencia espacial. El senador del Partido Demócrata Bill Nelson opinó en declaraciones al periódico digital Politico que “el jefe de la NASA debe ser un profesional del espacio, no un político”, mientras que el senador republicano Marco Rubio dijo que comparte esa preocupación y que teme que la dirección de un político “sea devastadora para el programa espacial”. Rubio señaló que la NASA es la agencia estatal que más tiempo ha estado libre de una conducción dirigida por intereses partidarios, y dijo que “odiaría” ver una administración guiada políticamente, “porque la agencia no puede darse el lujo, no puede permitirse la controversia”.