El Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos hizo redadas en 98 locales de la cadena 7-Eleven en 17 estados y detuvo a 21 personas por sospechas de que estaban en el país de manera irregular, por lo cual deberán comparecer ante los tribunales de inmigración.
Thomas Homan, el director del Servicio de Inmigración y Aduanas, dijo que esas redadas eran “un fuerte mensaje” a las empresas que “contratan y emplean fuerza laboral ilegal”, las cuales, agregó, fomentan la inmigración sin papeles. El organismo “continuará sus esfuerzos para proteger los empleos para los trabajadores estadounidenses”, dijo, y consideró que las empresas que “explotan” la inmigración ilegal tienen ventajas competitivas “injustas”.
No es la primera vez que la cadena 7-Eleven es objeto de una investigación sobre inmigración ilegal. En 2013 fueron arrestados nueve empresarios y gerentes de la franquicia por distintos cargos por emplear a inmigrantes de manera irregular, por lo cual fueron condenados a pagar multas e indemnizaciones. Ayer la empresa se distanció de cualquier irregularidad en un comunicado en el que afirma que los dueños de cada uno de los locales de la franquicia son los responsables de las contrataciones.
Otro jerarca del Servicio de Inmigrantes y Aduanas, Derek Benner, aseguró que esta fue “la primera de muchas” operaciones para detectar la contratación de inmigrantes ilegales y “un indicador de lo que vendrá” en el futuro.