Los partidos políticos catalanes trabajan en la formación del nuevo gobierno después de las elecciones del 21 de diciembre, que configuraron un escenario en el que las organizaciones que están a favor y las que están en contra de la independencia se pelean por el poder. Los independentistas de Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) evalúan la forma de investir como jefe de la Generalitat al ex presidente Carles Puigdemont. Pero Ciudadanos, el partido más votado en las elecciones, no renuncia todavía a la idea de que el próximo president sea del bando autodenominado constitucionalista.

Los resultados de las últimas elecciones catalanas le dieron el triunfo a Ciudadanos –con Inés Arrimadas a la cabeza–, que contará con la mayor bancada del Parlamento al obtener 37 de los 135 escaños. Sin embargo, esta fue una victoria a medias, porque, una vez más, los independentistas tendrán más de la mitad de las bancas y podrían gobernar si se unen.

La organización política soberanista más votada, Junts per Catalunya, ya propuso su fórmula, que, en un principio, consiste en renovar el liderazgo del gobierno que fue cesado en octubre, con Puigdemont –que sigue en Bruselas– a la cabeza y Oriol Junqueras –actualmente en la cárcel– como número dos. En esta configuración, también Carme Forcadell –que enfrenta una investigación en el Tribunal Supremo por permitir la declaración de independencia en octubre– volvería a asumir como presidenta del Parlamento regional, si es que se decide a volver a ese cargo. La alianza que lidera Puigdemont todavía no detalló la estrategia, pero el plan se prevé complicado dadas las inéditas circunstancias en las que se encuentran los tres dirigentes.

El portavoz de ERC, Sergi Sabrià, dijo ayer a la radio catalana RAC1 que respalda la iniciativa de Junts per Catalunya porque son “los que han ganado”, pero le pidió a esa organización política que aclare “cómo hacer efectiva su propuesta, que al día de hoy no es sencilla”. El vocero dijo que las negociaciones también dependen de la decisión del juez sobre liberar o no a Junqueras, el líder de ERC. “Esperamos tener buenas noticias, pero no tenemos buenas señales y lo que nos llega del entorno es que todavía no será así y todavía no estará con nosotros un tiempo más”, dijo el dirigente, antes de considerar que “aunque sea algo vergonzante”, no se trata de una decisión “judicial” sino “política”.

Si llegaran a saltear estos obstáculos, las dos organizaciones todavía tendrían que conseguir el aval de la organización política minoritaria Candidatura de Unidad Popular para seguir adelante con el plan.

Pero Ciudadanos, el partido más votado en las elecciones de diciembre, no renunció todavía a la posibilidad de formar un gobierno en Cataluña, a pesar de que no suma los suficientes escaños junto con el resto de fuerzas contrarias a la independencia. En este sentido, el número dos de Ciudadanos en Cataluña, Carlos Carrizosa, dijo ayer a la cadena La Sexta que su formación “no tira la toalla”, aunque advirtió que “lo tienen difícil” para que el próximo presidente catalán pertenezca a su partido.

Su estrategia se basa en “esperar” a ver si primero logran ponerse de acuerdo los soberanistas, dijo Carrizosa. Consultado sobre si prefiere a Puigdemont o a Junqueras al frente de la Generalitat, el líder conservador se limitó a decir que, en cualquiera de los casos, el nuevo presidente “tiene que respetar las leyes”. A su entender, ninguno de los dos dirigentes mencionados “parece muy dispuesto” a hacerlo, ya que Puigdemont “está fugado de la Justicia y no parece que sea el mejor ejemplo de respeto”, y, en el caso de Junqueras, es “un juez quien cree que hay riesgo de reiteración delictiva”.

Las declaraciones de Carrizosa llegaron después de que varios dirigentes del Partido Popular (PP) presionaran a Ciudadanos para que no dejen en manos de los independentistas la formación del gobierno. El portavoz de la bancada del PP en el Senado de España, José Manuel Barreiro, dijo ayer a la Radio Nacional de España que el partido de Arrimadas tiene la obligación de “mover la ficha” e intentar formar gobierno en Cataluña, porque esa es “su responsabilidad”.

Según Barreiro, “no hay ninguna certeza” de que pueda conformarse una mayoría independentista, por lo que sólo hay dos alternativas: la de Ciudadanos “con los demás partidos constitucionalistas” o “la repetición de elecciones”. Y esto último, agregó, “no es la alternativa más favorable para conseguir la normalidad en Cataluña”.