La tensión entre Turquía, Rusia y Estados Unidos respecto de Siria tuvo una escalada ayer, que comenzó temprano y terminó con un bombardeo de las fuerzas turcas en territorio sirio dominado por las milicias kurdas aglomeradas en las Fuerzas de Siria Democrática (FSD). Esta agrupación, que es respaldada por Estados Unidos, después del bombardeo tuvo un enfrentamiento armado con grupos opositores sirios aliados de Turquía.

Todo comenzó por unas declaraciones que brindó el fin de semana el director de comunicaciones de las FSD, Mustafa Bali. “Las FSD, en cooperación con la coalición internacional [para luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico] y Estados Unidos, tenemos para 2018 el plan de crear una guardia fronteriza federal con 30.000 combatientes”, dijo a la agencia de noticias Efe. Esta guardia, agregó, se desplegará en las áreas del noroeste de Siria que están bajo el dominio de las FSD, cuya ciudad más importante es Afrin, cercana a Alepo y a la frontera entre Siria y Turquía.

Con estas y otras declaraciones, Bali confirmó en la entrevista algo que Estados Unidos venía evitando decir con todas las letras: desaparecida la amenaza de Estado Islámico en Siria –al cual declaró junto con Rusia que ya le derrotó–, seguirá respaldando al menos a este grupo de la oposición armada. Las FSD son uno de los grupos opositores que exigen para Siria un sistema federal que dé mayores autonomías a las diferentes regiones para que se respete a las minorías, en este caso, a los kurdos.

La mitad de los 30.000 integrantes de la nueva fuerza serán integrantes de las FSD; el resto será formado por combatientes que están siendo reclutados en el terreno y entrenados por los kurdos con la colaboración de Estados Unidos, dijo Bali. Esta información fue confirmada por Thomas F Vale, responsable de asuntos públicos de la coalición internacional que lidera Washington, en declaraciones a The Defense Post.

Vale defendió la preparación y el entrenamiento de esta nueva fuerza argumentando que podrá defender la frontera del noroeste sirio para evitar que ingresen o se conformen grupos terroristas en esta zona del territorio sirio.

El gobierno de Siria rechazó esta iniciativa y aseguró que “el pueblo y el Ejército sirio están resueltos a frustrar esta conspiración” y a “acabar con la presencia de Estados Unidos y sus agentes en Siria”, para reestablecer su autoridad “en todo el territorio”.

Después de esta respuesta llegaron las de Turquía y Rusia. “Estados Unidos ahora admite que está creando un ejército terrorista a lo largo de nuestra frontera. Lo que tenemos que hacer es ahogar ese ejército antes de que nazca”, aseguró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. “Las fuerzas armadas turcas resolverán el problema. Los preparativos ya están completos”, agregó. El mandatario advirtió que “en cualquier momento” lanzaría una ofensiva contra el territorio dominado por las FSD, a las que considera una extensión del Partido de los Trabajadores de Kurdistán y, por lo tanto, terroristas. Por su parte, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que la colaboración de Estados Unidos con la creación de esta nueva fuerza demuestra que “no quiere mantener la integridad territorial de Siria” y que no tiene “el deseo de ayudar a poner fin al conflicto cuanto antes, sino de ayudar a los que quieran dar pasos prácticos para cambiar el régimen en la República Árabe Siria”. “Nosotros y nuestros colegas de Turquía e Irán, al igual que muchos otros, esperamos que Estados Unidos nos dé una explicación detallada”, agregó. A fines de diciembre, Rusia denunció que Washington estaba entrenando a ex integrantes de Estado Islámico para conformar una nueva fuerza que trabajara para desestabilizar y derrocar al gobierno de Bashar al Assad, aliado de Moscú. Erdogan advirtió, dirigiéndose a Estados Unidos: “Ya les avisamos que este tipo de organizaciones terroristas deben ser destruidas. No podemos aceptar que intenten destruir a Estado Islámico mediante otra organización terrorista”.

Grupos opositores sirios respaldados por Turquía atacaron durante todo el fin de semana el territorio dominado por las FSD. “Turquía tiene el derecho a luchar contra todos los grupos terroristas de la forma en que le parezca más oportuna, y continuará tomando las medidas necesarias para garantizar su seguridad y sus intereses nacionales”, aseguró el domingo la presidencia turca, defendiendo los ataques. Estos tomaron una nueva dimensión ayer, cuando por primera vez las fuerzas turcas bombardearon la región de Afrin, epicentro del área dominada por las FSD. Después de los bombardeos turcos, sus aliados sirios avanzaron en el terreno para enfrentarse con estas fuerzas kurdo-sirias en una serie de eventos que hasta ayer se desconocía si habían causado víctimas fatales.