Un motín en una prisión del estado brasileño de Goiás terminó con la muerte de nueve de las personas recluidas allí. Dos de los internos fueron decapitados y algunos carbonizados, y otros 14 fueron heridos. El motín, que ocurrió el lunes, permitió la fuga de 242 presos, de los cuales 142 ya fueron apresados.

La violencia en el complejo carcelario Aparecida de Goiania comenzó cuando personas alojadas en un sector invadieron otra área, incendiaron colchones y apuñalaron a otros internos, por razones que todavía se desconocen. El control de la prisión fue retomado por el Grupo de Operaciones Penitenciarias Especiales y el Batallón de Choque de la Policía Militar.

El Tribunal de Justicia local advertía desde 2016 de la posibilidad de que se generaran disturbios en esta prisión, especialmente porque los presos estaban en condiciones de hacinamiento y porque la seguridad dentro del lugar, donde conviven bandas rivales, era insuficiente.

La presidenta del Supremo Tribunal Federal, Cármen Lúcia, quien atiende los casos trascendentes durante la feria judicial, ordenó que la prisión sea inspeccionada en un máximo de 48 horas. Además, dictaminó que en ese plazo la Justicia de Goiás debe entregar un informe sobre las condiciones de reclusión.

Una decena de prisiones de Brasil pasaron por intentos de motín y hechos menores de violencia el 1º de enero, una fecha en la cual, según las autoridades, la tensión suele elevarse en las cárceles.