La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela, integrada sólo por oficialistas, decretó que las elecciones se celebren en el primer cuatrimestre de 2018. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, se puso “a la orden” para ser candidato presidencial.
“Aprobado por aclamación”, declaró la presidenta de la ANC, Delcy Rodríguez, después de la votación unánime que decretó la celebración de las elecciones presidenciales para antes del 30 de abril. Rodríguez calificó esta aprobación de “decisión histórica”, ya que el país podrá decidir si “seguirá siendo una patria libre e independiente” o si, “cosa que jamás pasará”, volverá “al modelo de esclavitud política, ideológica, económica y social”.
El decreto fue presentado por Diosdado Cabello, quien recordó que las elecciones deben ser convocadas formalmente por el Consejo Nacional Electoral (CNE), pero que el texto aprobado ayer es “de obligatorio cumplimiento por todos los poderes según Constitución”. La fijación de la fecha queda ahora en manos del ente electoral, acusado por la oposición de estar alineado con el oficialismo y de haber cometido irregularidades en procesos anteriores.
“Si el mundo quiere aplicar sanciones, nosotros aplicaremos elecciones”, agregó Cabello ante los integrantes de la ANC, en referencia a las sanciones que aplicó la Unión Europea (UE) esta semana contra siete funcionarios del gobierno. También aseguró que el PSUV tendrá “un sólo candidato” y pidió a sus filas que apoyen a Maduro, para no ir contra la voluntad del fallecido Hugo Chávez.
Maduro no demoró en proponerse como candidato. “Si la clase obrera, si la juventud, cree que yo debo ser el candidato presidencial de la patria [...], yo estoy a la orden de la candidatura presidencial”, aseguró el mandatario durante un acto en Caracas. Y adelantó que convocó un “gran congreso de la patria” para el 4 de febrero, para decidir el futuro plan de gobierno y el candidato presidencial. Por otro lado, pidió a la oposición que frente a estos comicios “no salga corriendo” ni huya “de la democracia”.
En las negociaciones que mantienen con el gobierno venezolano en República Dominicana, los líderes opositores pidieron como requisito fundamental que las elecciones sean “democráticas”, “limpias” y “competitivas”. Para eso, exigen la renovación de las autoridades del CNE y observación internacional calificada, entre otras cosas.
Para la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), será difícil elegir en tan poco tiempo un único candidato, ya que –además de presentar fracturas evidentes– sus principales figuras han sido inhabilitadas para competir en próximas elecciones o están fuera del país. De hecho, para la oposición, el adelanto de las elecciones –que tradicionalmente se celebran en diciembre– tiene dos fundamentos principales: aprovechar la división que atraviesa la MUD y responder a las sanciones impuestas por la UE.
El secretario general del partido opositor Acción Democrática, Henry Ramos Allup, aseguró que “la comunidad internacional no reconocerá ningún gobierno que sea producto de escamoteos y no de elecciones democráticas”. Una de las razones por las que la oposición considera “ilegítimas” estas elecciones es que fueron convocadas por la ANC, un órgano que no reconoce por haber sido conformado sin un referéndum previo de aprobación, tal como indica la Constitución.