El municipio de Riace, en Reggio Calabria, tiene apenas 2.500 habitantes, pero su población incluye personas de 26 nacionalidades distintas y sólo un tercio de italianos. Esa particularidad se debe a las políticas de inmigración del alcalde Domenico Lucano, que reactivaron el pueblo. Durante su gestión se abrió una guardería y una escuela, surgieron restaurantes y llegaron fondos de la Unión Europea para restaurar casas abandonadas y darles vivienda a los nuevos habitantes.

La experiencia también despertó interés fuera del país, informó la agencia de noticias Efe. Fue elogiada por el escritor Roberto Saviano y por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que la calificó de un ejemplo de “integración y lucha contra la xenofobia”. Pero el gobierno italiano, integrado por el Movimiento 5 Estrellas y la xenófoba Liga Norte, tiene otra visión sobre la gestión de Lucano, que ayer quedó bajo arresto domiciliario, acusado de favorecer la inmigración ilegal.

Según la Fiscalía, el alcalde hizo una gestión “desordenada” de los fondos que recibió Riace del Ministerio del Interior y del gobierno de Reggio Calabria destinados a recibir refugiados, pero no existió malversación ni otras prácticas ilegales. Por su parte, la prensa italiana informó que el alcalde violó normas al involucrarse en arreglos irregulares para conseguir documentación para inmigrantes, por ejemplo, mediante casamientos arreglados con italianos. Incluso se publicaron escuchas telefónicas en las que Lucano se refiere a ese tipo de acuerdo y manifiesta su disposición a celebrar esos casamientos de inmediato. Por otra parte, se acusa al alcalde de irregularidades en la concesión de contratos para el servicio de recolección de basura.

Según informó la agencia de noticias Efe, el ministro del interior Matteo Salvini, de la Liga Norte, escribió en sus redes sociales que le gustaría saber qué opinan ahora los defensores de la “inmigración sin control” y agregó: “Yo sigo adelante cerrando puertos y haciendo ahorrar un montón de tiempo y dinero a los italianos y a los inmigrantes legales”. Con él coincidió el subsecretario, Carlo Sibilia, del Movimiento 5 Estrellas, que celebró que “el Gobierno del Cambio haya declarado la guerra al negocio de la inmigración”, en alusión a los fondos destinados a recibir a esas personas, que ya fueron cortados.

En cambio, dirigentes de los opositores Partido Democrático y Libres e Iguales le manifestaron su solidaridad a Lucano, y centenares de personas participaron en una protesta en Roma en su defensa y con la consigna “Arréstennos a todos”. También Colau le dio su respaldo y dijo que “la Italia de Matteo Salvini persigue y detiene” a un “hombre honesto, trabajador incansable”, cuyo pueblo es “ejemplo de acogida y cohesión social”, y agregó: “Las ciudades europeas debemos reaccionar”.