Algunas calles de Canadá amanecieron repletas de personas que hacían cola en las tiendas habilitadas para vender marihuana para uso recreativo. Querían ser testigos del fin de una prohibición que duró casi un siglo o convertirse en los primeros en comprar legalmente en su ciudad.

La legalización de la marihuana entró en vigencia ayer. En algunas ciudades no había ninguna tienda habilitada para vender marihuana porque los ritmos de la burocracia no son los de la ansiedad de los comercios y los consumidores. El gobierno estima que antes de fin de año habrá 300 puntos de venta en todo el país, pero ayer estaba previsto que abriera sólo una tercera parte y varias de ellas tuvieron que cerrar rápido porque no era suficiente la cantidad de marihuana suministrada a los puntos de venta. Por el momento, hay solamente 120 productores autorizados para plantar y cosechar, un número insuficiente para atender a todo el mercado canadiense.

A diferencia del caso uruguayo, en Canadá toda la operativa del sistema de plantación, distribución y venta puede ser privado, aunque también el sector público puede participar. Existe una regulación nacional, que establece grandes lineamientos, y una regulación a cargo de cada provincia. De una a otra cambia la edad exigida para la compra de marihuana (18 o 19 años), los lugares en los que se puede consumir y las campañas que buscarán desestimular su uso.

Con la aprobación de la ley que habilitó la venta de marihuana para uso recreativo (con fines medicinales estaba habilitada desde 2001), el primer ministro, Justin Trudeau, cumplió con una de sus promesas de campaña. Ayer dio un paso más al anunciar que habrá un indulto para quienes han sido condenados por tener hasta 30 gramos de marihuana, sin ser más específico sobre cómo será el procedimiento.

Al respecto, el portavoz de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, Todd Owen, aclaró que el indulto no implica que cambie la situación de los canadienses que tienen antecedentes por tenencia de marihuana, que no tienen permitido ingresar a Estados Unidos.

Al igual que en el caso de Uruguay, la legalización de la producción, venta y consumo de marihuana para uso recreativo fue criticada por dos órganos de la Organización de las Naciones Unidas: la Oficina para la Droga y el Delito, y la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. Estos órganos advierten que al llevar adelante la legalización los países están incumpliendo obligaciones del marco legal internacional del que son firmantes.