El ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Fernando Haddad son los candidatos con mayor intención de voto para las elecciones del domingo, según las encuestas publicadas hasta ayer. Si esto se confirma en las urnas, los candidatos del Partido Social Liberal (PSL) y del Partido de los Trabajadores (PT), respectivamente, se enfrentarán en la segunda vuelta el 28 de octubre. Mientras aparece claro en distintos sondeos que en primera vuelta el más votado sería Bolsonaro, no es tan certero el panorama para el balotaje, en unas elecciones en las que están incidiendo tanto los candidatos, sus propuestas y sus declaraciones como las acciones judiciales.

Bolsonaro supera a Haddad por 10% en intención de voto, según la encuestadora Ibope, en la que aparece con 31% frente al 21% del candidato del PT. Pero en la segunda vuelta hay un empate, ya que ambos contarían con un respaldo de 42%.

Si se compara esta encuesta con la anterior de Ibope, Bolsonaro creció, mientras Haddad se estancó, a la vez que Ciro Gomes, el candidato de centroizquierda que aparece tercero, mantuvo su respaldo de 11%, por lo cual prácticamente se descarta que pueda disputar el pasaje a la segunda vuelta.

El viernes se dio a conocer la última encuesta de Datafolha, que a diferencia de la de Ibope mostró un crecimiento de Haddad de 16% a 22% y un estancamiento de Bolsonaro en 28%. Con respecto a la segunda vuelta, Datafolha prevé una victoria de Haddad sobre Bolsonaro, así como de cualquier otro candidato que enfrente al ultraderechista, excepto Marina Silva, que en todas las encuestas aparece lejos de acceder a la segunda vuelta.

Factores externos

La última semana ha venido cargada de eventos cuyo impacto las encuestas posiblemente no lleguen a medir. A las multitudinarias marchas de mujeres que se hicieron el sábado contra Bolsonaro se sumó esta semana una información liberada por el juez Sérgio Moro que podría perjudicar al PT en general y, en particular, a Haddad.

La actuación de la Justicia ha marcado estas elecciones, empezando por la exclusión de las listas del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que era favorito con casi 40% de intención de voto. En particular, las decisiones de Moro, que investiga el caso Lava Jato, a la hora de liberar información o de dejar trascender parcialmente algunas declaraciones de los acusados y los testigos han sido atribuidas a intenciones de incidir en la carrera electoral, ya que favorecen o perjudican a los distintos candidatos.

A una semana de las elecciones, Moro levantó el lunes el secreto de sumario de una parte de las declaraciones brindadas a la Justicia por Antonio Palocci, un dirigente que formó parte de los gobiernos de Lula y de Dilma Rousseff y que todavía integra el PT.

Palocci llegó a un acuerdo con Moro por el cual dará a conocer todo lo que sabe a cambio de una reducción en de su propia pena. En el tramo de la declaración que se hizo público, Palocci se refiere a supuestas irregularidades por parte de Lula y el PT durante las anteriores campañas electorales. Palocci dijo haber formado parte de una estructura criminal integrada por políticos que buscaba captar recursos públicos para campañas electorales y aseguró que tanto en 2010 como en 2014 se gastó mucho más que lo que se declaró ante la Justicia Electoral. Según sus datos, en 2010 se declararon 38 millones de dólares y se gastaron casi 150 millones, mientras en 2014 las cifras fueron 87 millones de dólares declarados y casi 200 millones gastados.

De acuerdo con Palocci, el PT recibió plata del pago de sobornos por parte de empresas beneficiadas con contratos con Petrobras y por medidas adoptadas por el presidente. El ex ministro dice que Lula se indignó cuando se enteró de la existencia de estos esquemas de corrupción, pero después permitió que siguieran funcionando y lo designó a él para “gestionar los recursos ilícitos que se fueran generando para su empleo en la campaña de Dilma”, de la cual era coordinador.

La ex presidenta, que es candidata al Senado por el PT, emitió un comunicado en el que acusó a Palocci de estar mintiendo y a Moro de intentar incidir en las elecciones. También recordó que las declaraciones de Palocci todavía no fueron validadas por la Fiscalía y señaló lo inconducente de su divulgación en este momento.

Por su parte, los abogados defensores de Lula aseguraron que el ex presidente es inocente y recordaron que Palocci ya ha hecho revelaciones a la Justicia que fueron “mentira” –que no pudieron ser comprobadas y, por lo tanto, no fueron consideradas como prueba–. Además, tres diputados del PT presentaron un recurso judicial en el que solicitan la suspensión de Moro por llevar adelante “un ataque gravísimo al proceso electoral y la democracia”.