Paquetes con explosivos caseros fueron enviados a políticos del Partido Demócrata y ex funcionarios estadounidenses ayer, un día después de que otra de esas bombas fuera enviada al millonario George Soros. Los dispositivos tenían como destinatarios al ex presidente Barack Obama, la ex candidata a la presidencia Hillary Clinton y la congresista Maxine Waters. Esta diputada ha intercambiado críticas con el presidente Donald Trump, que el domingo la calificó de una persona con “muy bajo coeficiente intelectual”.

Otros paquetes fueron dirigidos al edificio Time Warner, en Nueva York, en el que funciona la cadena de televisión CNN, que los seguidores de Trump consideran opositora. También fueron enviados explosivos a dos altos funcionarios de la administración Obama: el ex director de la CIA John Brennan y el ex fiscal general Eric Holder.

Varios medios estadounidenses destacaron que todos los destinatarios de los explosivos son personas o medios repudiados por la extrema derecha estadounidense. Por ejemplo, Brennan ha sido un funcionario muy crítico con Trump, y llegó a calificar de “traición” una conferencia de prensa que el presidente dio junto su par ruso, Vladimir Putin. También señalaron que estas bombas caseras fueron enviadas cuando faltan días para las elecciones legislativas del 6 de noviembre.

Todos los explosivos caseros fueron interceptados antes de que estallaran, por lo que no causaron daños. En el sobre enviado a CNN con el artefacto también contenía polvo blanco que las autoridades investigan para determinar si es tóxico.

Trump repudió ayer los “atroces” y “despreciables” intentos de ataques. “Estamos extremadamente enojados, disgustados con lo que ha ocurrido esta mañana, y llegaremos al fondo de esto”, dijo. “Tenemos que unirnos y enviar el mensaje claro, rotundo, inconfundible, de que los actos o amenazas de violencia política de cualquier tipo no tienen cabida en Estados Unidos”, agregó.

Los líderes demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y en el Senado, Chuck Schumer, emitieron un comunicado en el que dijeron que escucharon con gran interés a Trump, pero que sus palabras “suenan vacías hasta que se retracte de sus declaraciones que justifican los actos de violencia”. Agregaron que “una y otra vez, el presidente ha tolerado la violencia física y ha dividido a los estadounidenses con sus palabras y sus acciones: expresando su apoyo al congresista que golpeó a un reportero” o “a los neonazis que mataron a una joven en Charlottesville”.