“Se trata una persona peligrosa y que no hace esfuerzos para esconderlo”, dijo a periodistas el candidato del Partido de los Trabajadores a la presidencia de Brasil, Fernando Haddad. Aunque no nombró a su rival, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quedó claro que se refería a él. Recordó que el domingo Bolsonaro dijo que si llega al gobierno “va a barrer del mapa a los bandidos rojos”, y lo consideró una amenaza para la “supervivencia física de la oposición”.

Haddad afirmó que las instituciones de Brasil “se están sintiendo amenazadas” por la “línea dura de una parte de las Fuerzas Armadas”, según citó el lunes la agencia de noticias Efe. “Sabemos que cuando eso ocurrió en Europa, cuando el nazismo, fascismo, franquismo, salazarismo... amenazaron a Europa, cuando [las instituciones] despertaron fue demasiado tarde. Es una pesadilla que puede durar décadas”, advirtió.

Ayer, en una conferencia de prensa, Haddad volvió a alertar sobre los riesgos de una victoria del candidato del Partido Social Liberal en las elecciones del domingo. Cuando le consultaron acerca de la posición de Bolsonaro contra el gobierno de Venezuela y la posibilidad de que impulse un conflicto armado, Haddad contestó: “Por la hostilidad que manifiesta con ese vecino, creo que puede tener algún fundamento”. En todo caso, advirtió que “puede haber una escalada armamentista en la región”.

Haddad también mencionó que vio un video –aunque reconoció que no había verificado que fuera auténtico– en el que uno de los hijos de Bolsonaro dice que una de las primeras medidas de un gobierno de su padre sería “derribar al gobierno de [Nicolás] Maduro”. El candidato del PT consideró que “es algo muy grave, porque Brasil no tiene conflictos con sus vecinos desde hace más de 140 años”. Agregó que Brasil debería “estar pensando en cómo ayudar a Venezuela a salir de la crisis y no estar pensando en tomar partido y derribar gobiernos”.

También consideró grave que su rival tenga planeado permitir la instalación de una base militar estadounidense en el país. “Es preocupante porque no tenemos la tradición de permitir bases militares de Estados Unidos en territorio brasileño y Bolsonaro dijo que la base de Alcántara sería cedida a Estados Unidos”.

Fernando Haddad, candidato presidencial brasileño por el Partido de los Trabajadores, durante una conferencia de prensa, ayer, en el barrio de Copacabana, en Río de Janeiro, Brasil.

Fernando Haddad, candidato presidencial brasileño por el Partido de los Trabajadores, durante una conferencia de prensa, ayer, en el barrio de Copacabana, en Río de Janeiro, Brasil.

Foto: Daniel Ramalho, AFP

Antes, Haddad había afirmado que si Bolsonaro gobierna podría intentar convertir a Brasil en un país en el que actúan grupos armados paramilitares o parapoliciales, y lo comparó con el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, un gobernante que además reconoció que en su administración existieron ejecuciones extrajudiciales. El candidato de extrema derecha brasileño defiende la legalización de la venta de armas a civiles y afirmó que “si un policía mata a diez, 15 o 20 [delincuentes] con diez o 30 tiros a cada uno, tiene que ser condecorado y no procesado”.

Haddad también criticó las palabras del diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del candidato, quien dijo que para “cerrar” el Supremo Tribunal Federal alcanza con enviar “un soldado y un cabo”. El Supremo Tribunal Federal pidió a la Fiscalía que investigue ese episodio y también decidió ayer ordenar otra investigación acerca de un video en el que un hombre que se identifica como “coronel Carlos Alves” y dice ser seguidor de Bolsonaro insulta y amenaza a los integrantes de esa corte. Les advierte que él “no está solo” y que “las Fuerzas Armadas” pueden actuar en caso de que admitan una denuncia contra su candidato por la supuesta contratación de empresas para difundir noticias falsas contra Haddad. “Si aceptan esa denuncia ridícula y derrumban a Bolsonaro, vamos a estar para derrumbarlos a ustedes”, les dice.

Uno de los integrantes del tribunal, Gilmar Mendes, dijo que hay quienes “quieren crear un ambiente de terror y sospechas si los resultados [electorales] no responden a sus expectativas”.