La de los candidatos a la presidencia Jair Bolsonaro y Fernando Haddad no será la única disputa del domingo en Brasil. Ese día también se elegirá a los gobernadores de 14 de los 27 estados, ya que en la primera vuelta del 7 de octubre sólo se definió la elección en los otros 13.
El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) es el que participará en más votaciones: competirá por el gobierno de seis estados, entre ellos San Pablo y Minas Gerais, dos de los principales del país. En dos casos su candidato es el favorito, mientras en otros dos las encuestas muestran un empate técnico. El PSDB, que actualmente gobierna cuatro estados, fue uno de los partidos que peores resultados obtuvo en la primera vuelta, víctima del crecimiento del Partido Social Liberal (PSL) de Jair Bolsonaro, y se aseguró solamente un gobierno regional.
En segundo lugar, detrás del PSDB, aparece el Partido Democrático Laborista, que gobierna dos estados en Brasil. La formación liderada por Ciro Gomes (que quedó tercero en la elección presidencial) ganó fuerza en los distintos territorios, tuvo más candidatos y participará en la segunda vuelta de cuatro estados. Sin embargo, las encuestas anticipan que podría quedarse sin ninguno, ya que en dos casos hay empates técnicos y en los otros sería derrotado.
Otros cuatro partidos importantes en la política brasileña competirán el domingo por el gobierno de tres estados cada uno: el Partido Socialista de Brasil, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Demócratas y el PSL de Bolsonaro. El MDB, el partido liderado por el presidente, Michel Temer, cuenta actualmente con seis gobernadores, pero en primera vuelta sólo ganó en un estado y este domingo compite por tres más, de los cuales ganaría dos, según las encuestas. Si esto se confirma, el MDB quedaría con la mitad de los gobernadores que tiene ahora, lo que sería un duro golpe para el funcionamiento de esta organización política, ya que es su arraigo en los territorios lo que le ha permitido ser tradicionalmente el mayor partido del país.
A la izquierda, también el Partido Socialista de Brasil se perfila para perder algunos de sus cinco gobernadores: ganó en tres estados en la primera vuelta y disputará la segunda en otros tres, pero los sondeos estiman que perderá en cada uno de ellos.
Todo indica que la ola conservadora también se quedará con los estados en Brasil por el crecimiento de Demócratas y el PSL, que actualmente no tienen gobernadores. Demócratas ganó en dos estados en la primera vuelta y disputa tres en la segunda, la misma cifra que el PSL de Bolsonaro, que no acumuló victorias el 7 de octubre.
Por último, el Partido de los Trabajadores fue, junto al Partido Socialista de Brasil, el que más victorias obtuvo en primera vuelta (tres), pero en el balotaje disputará únicamente un estado, Rio Grande do Norte. Allí es favorita su candidata, Fátima Bezerra, la única mujer que participa en la segunda vuelta. Si gana, se quedaría con el gobierno en cuatro estados, uno menos de los que tiene actualmente.
Derecha versus ultraderecha
En ocho de los 14 estados que tendrán segunda vuelta el enfrentamiento se dará entre partidos de derecha. Ese es el escenario en Río de Janeiro y San Pablo.
En Río de Janeiro se enfrentan Eduardo Paes, de Demócratas, y Wilson Witzel, del Partido Social Cristiano, al que perteneció Bolsonaro durante dos años. Paes es respaldado por la alianza que gobierna Río de Janeiro desde 2007, liderada por el MDB, que sistemáticamente ha enfrentado escándalos de corrupción. Durante este último gobierno, el estado declaró la quiebra, su gobernador (Luiz Fernando Pezão) fue destituido por la Justicia y restituido después por la Asamblea Legislativa local, y varios jerarcas fueron arrestados, entre ellos el presidente de ese órgano.
Witzel, que ha manifestado su apoyo a algunas de las posturas de Bolsonaro, se presenta como un outsider de la política tradicional brasileña, un perfil que le ha funcionado a varios candidatos en estas elecciones. El que probablemente será el nuevo gobernador de Río de Janeiro fue fusilero naval y juez hasta que, a comienzos de este año, decidió volcarse a la política, pese a no tener ninguna experiencia en gestión.
En San Pablo las propuestas que se enfrentan son prácticamente un calco. De un lado está João Dória, el empresario millonario que decidió integrarse al PSDB para volcarse a la política en las pasadas elecciones y fue electo alcalde de San Pablo. Del otro, Márcio França, que integra el Partido Socialista de Brasil, de centroizquierda, pero que viene de ser vicegobernador del estado de San Pablo acompañando a Geraldo Alckmin, que pertenece al PSDB.
Con mayor o menor cautela, ambos candidatos han defendido y atacado la gestión de Alckmin, que tras gobernar San Pablo durante dos mandatos fue derrotado en las elecciones presidenciales el 7 de octubre. La fractura del PSDB en San Pablo entre el perfil de Alckmin –conservador pero más inclinado hacia la socialdemocracia, como el ex presidente Fernando Henrique Cardoso– y el más liberal de Dória parece ser un anticipo de las dificultades que enfrentará el partido a partir de la semana que viene.