Los peruanos eligen este domingo 25 gobernadores regionales, 196 alcaldes provinciales y 1.678 alcaldes de distritos, además de sus respectivos concejales y consejeros. A pesar de la gran cantidad de cargos que se definen, la campaña para estas elecciones municipales y regionales está marcada por la desinformación, el rechazo a muchos de los candidatos y un desinterés extendido, en particular en el interior del país.

En Lima, que reúne a ocho de los 23 millones de votantes del país, la campaña está más movida. Un total de 20 candidatos busca quedarse con la alcaldía de la capital en una carrera que se caracteriza –como en los departamentos– por la baja intención de voto.

Hasta la semana pasada, las encuestas mostraban como favorito a Renzo Reggiardo, del partido conservador Perú Patria Segura. Sin embargo, una encuesta de Datum publicada el jueves por el diario Perú21 reveló un empate entre Reggiardo, que perdió apoyo, y el candidato del también conservador Podemos Perú, el ex ministro del Interior Daniel Urresti, que antes ocupaba la tercera posición. Los dos candidatos aparecen en el primer lugar con 14,3% de intención de voto cada uno. En tercer lugar, con 8,8%, figura Ricardo Belmont, ex alcalde de Lima, del partido Perú Libertario, que también perdió respaldo, ya que se mantenía como el segundo favorito.

La campaña no estuvo marcada por grandes polémicas, pero los tres candidatos que encabezan las encuestas fueron cuestionados por distintos motivos. Los críticos de Reggiardo lo acusan de ser, en realidad, un “candidato del fujimorismo”. Esto se debe a que en el pasado militó en Cambio 90, el primer partido que fundó Alberto Fujimori. Y, de hecho, su actual organización política, Perú Patria Segura, fue creada en 2013 por ex integrantes de Cambio 90, incluido su padre.

En distintos actos de campaña, Reggiardo se encargó de rechazar cualquier vínculo con el fujimorismo. Incluso la líder de Fuerza Popular e hija del ex gobernante, Keiko Fujimori, se vio obligada a decir públicamente en agosto que no apoyaba a Reggiardo sino al candidato de su partido, Diethell Columbus, quien apenas llega a 4% de intención de voto, según la encuesta de Datum.

Por su parte, Urresti, un ex militar, está siendo juzgado por su supuesta participación en el asesinato en 1988 del periodista Hugo Bustíos en la región sureña de Ayacucho. La sentencia contra Urresti –que, paradójicamente, basó su campaña en la seguridad ciudadana– se conocerá el jueves, tres días antes de los comicios. En declaraciones al diario El Comercio, Urresti dijo la semana pasada: “Si me sentencian, me pondré de pie para que me pongan las esposas y me lleven a la cárcel. Aunque eso no sucederá, porque soy inocente”.

En tanto, la polémica en torno a Belmont, el tercer favorito, se desató después de las críticas que hizo contra la llegada masiva de inmigrantes venezolanos a Perú. Entre otras cosas, el aspirante del Partido Libertario dijo que los venezolanos “les quitan el trabajo” a los peruanos y “no generan riqueza porque mandan la plata para afuera”. Sus detractores lo tildaron de “xenófobo”. Él respondió que no sólo no es xenófobo sino que “no puede serlo” porque tiene ascendencia italiana, pero que simplemente “juega con la camiseta de Perú”.

Belmont también causó controversia hace diez días, cuando en un acto electoral en presencia de su esposa, 32 años menor, dijo: “A los hombres de bien los construyen nuestras mujeres. La mejor maestra es la madre. Mi favorita es mi mujer. Ojo, yo no soy ‘cosito’. Ella de vez en cuando me agarra la ‘cosita’, pero eso es otra cosa”. Belmont no terminó ahí. Cuando su esposa estaba por agarrar el micrófono para dirigirse al público, él se lo arrebató y agregó: “Han visto que consumo lo que el Perú produce, ¿no?”. Más tarde, opositores y usuarios de redes sociales lo cuestionaron por hacer comentarios machistas.

Para la gerenta general de Datum, Urpi Torrado, las dos situaciones generaron “polarización” en la ciudadanía y le valieron el retroceso en los sondeos de intención de voto. En el caso de Reggiardo, consideró que pudo haberle jugado en contra no presentarse al primer debate entre candidatos limeños, porque pudo haber dado a los electores una sensación “de debilidad, fragilidad y de no enfrentar a los rivales”.

Otro punto a destacar de la competencia por la alcaldía de Lima es que entre los 20 candidatos sólo una es mujer. Se trata de la empresaria y ex congresista Esther Capuñay, del partido Unión por el Perú, quien reúne apenas 2% de la intención de voto. Un poco más adelante figura Jorge Villacorta, el candidato del partido gobernante Peruanos por el Kambio, con 2,6% de respaldo.

Poco entusiasmo

El sondeo de Datum también reveló que el porcentaje de indecisos en Lima asciende a 19,3% y que los electores que prefieren anular su voto representan 15,5%. Los argumentos apuntan tanto a la desconfianza hacia los partidos como a la desinformación. Una encuesta de Ipsos para el diario El Comercio mostró el 17 de setiembre que 49% de los indecisos de Lima no está “convencido” de votar a ningún partido, mientras que 25% alegó no estar lo “suficientemente informado” para tomar una decisión. El resto no podía decidirse entre dos o tres candidatos (19%) o no precisó razones (7%).

El panorama a nivel nacional no es mucho mejor: de acuerdo con el mismo estudio, 46% de los peruanos todavía no decidió a quién votará y sólo 54% está “muy seguro” de la papeleta que depositará en las urnas.

La desinformación también juega aquí su papel. La semana pasada, la empresa GfK se encontró con que ante un simulacro de votación en el que sólo aparecían los símbolos de los partidos, Reggiardo es apoyado por 11,3%, y Belmont y Urresti empatan con 8,7%. Que los votantes reconozcan los símbolos partidarios y las caras de los candidatos es importante porque las papeletas no contarán con los lemas escritos, informó la Oficina Nacional de Procesos Electorales de Perú, que manifestó que para las elecciones municipales se colocarán sólo fotos de los aspirantes, mientras que las papeletas para votar a los gobernadores regionales tendrán exclusivamente el símbolo partidario.

Analistas políticos peruanos consideran que, en parte, el desinterés por estas elecciones –y por la política en general– tiene que ver con la inestabilidad generada por las sucesivas disputas entre el Congreso y el gobierno. Por su parte, el sociólogo Fernando Tuesta dijo al diario El Comercio que uno de los problemas de esta campaña es que “muchos partidos funcionan como franquicias”, al “negociar su inscripción porque hay candidatos que carecen de organizaciones”. Esto, a su entender, “baja la calidad de la oferta electoral” y repercute directamente en el interés del elector.