El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo el martes en Twitter que su gobierno advirtió al de Honduras que “si la gran caravana de personas que se dirige a Estados Unidos no se detiene y regresa a Honduras, no se dará más dinero ni ayuda” a ese país, y que esta medida se aplicaría “con efecto inmediato”. Tres días antes, entre 1.500 y 2.000 personas –hombres, mujeres y niños– comenzaron una caravana que salió desde San Pedro Sula, en el norte de Honduras, con la idea de llegar a Estados Unidos. Intentan llegar a un lugar que consideran más seguro y mejorar sus condiciones de vida.

Con la amenaza al gobierno hondureño, Trump intenta evitar que se repita la situación que se vivió en marzo con otra caravana de centroamericanos que recorrió México para llegar a suelo estadounidense. Esa travesía generó tensiones entre el gobiernos estadounidense y el mexicano. Ahora la situación podría ser peor. Según informó el diario The Washington Post, el gobierno de Trump está estudiando medidas contra los migrantes que quieran ingresar a su país que implicarían nuevamente la separación de niños y adolescentes de los familiares que los acompañan al cruzar la frontera con México.

Después de dirigirse al gobierno de Honduras, el presidente de Estados Unidos amplió la amenaza e incluyó a Guatemala y El Salvador. “Hoy hemos informado a los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador que si permiten que sus ciudadanos, u otros, viajen a través de sus fronteras y lleguen a Estados Unidos con la intención de ingresar ilegalmente a nuestro país, todos los pagos que se les hacen pararán”, escribió Trump en otro tuit.

Hasta ayer, Tegucigalpa no se había pronunciado sobre el asunto. Sí lo hizo el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, en un discurso que –en línea con los intereses de Washington– intentaba convencer a los centroamericanos de que permanezcan en sus territorios. “Hoy, al otro extremo de nuestro país, estamos tratando de ayudar [...] a nuestros hermanos hondureños para convencerlos de que somos nosotros, los guatemaltecos, los que debemos construir Guatemala, los hondureños los que deben construir Honduras, y juntos hacer una Centroamérica donde todos queramos vivir y vivir en paz”, manifestó Morales el martes.

Por su parte, las autoridades de México recordaron que los migrantes que quieran entrar en ese país deben hacerlo cumpliendo la legislación vigente y haciendo los trámites que correspondan en los consulados. Esto implica una dificultad más para la caravana.

Migrantes hondureños durante una caravana hacia Estados Unidos, ayer, en Ciudad de Guatemala.

Migrantes hondureños durante una caravana hacia Estados Unidos, ayer, en Ciudad de Guatemala.

Foto: Orlando Sierra

La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala dijo que la situación “vulnerable” e “insegura” de los migrantes hondureños, que cifró en 3.000, es “preocupante”. Por eso, la organización recordó en un comunicado “las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos de los países de origen, tránsito y destino” de estos migrantes y pidió a Honduras, Guatemala y México que se aseguren de “proteger la integridad y garantizar la seguridad de migrantes”, además de brindarles ayuda humanitaria y asistencia médica.

Los hondureños, que se trasladan en su mayoría a pie, se encontraban ayer en la ciudad de Chiquimula, en el sureste de Guatemala. Algunos, ya cansados, se subieron a ómnibus o pararon camiones que fueran en dirección al siguiente destino, Teculután, un municipio del departamento de Zacapa ubicado a unos 120 kilómetros al noreste de la capital guatemalteca. La próxima parada sería justamente la ciudad de Guatemala, donde el albergue Casa del Migrante ya pidió asistencia humanitaria para ayudarlos.