Unos días después de que el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados asegurara que la de Yemen es la peor crisis humanitaria del mundo, la organización Save the Children comunicó que 84.701 niños menores de cinco años murieron de hambre desde que en 2015 empezó la guerra en ese país. “Por cada niño muerto por bombas y balas, docenas se mueren de hambre, y es algo que se puede prevenir completamente”, dijo la directora de Save the Children en Yemen, Tamer Kirolos, que describió cómo sufren los niños con malnutrición grave “a medida que las funciones de sus órganos vitales disminuyen y finalmente se detienen”.

Actualmente, 14 millones de personas están en riesgo de sufrir hambruna, según datos de la Organización de las Naciones Unidas, un número que aumentó desde que la coalición de países liderada por Arabia Saudita impuso en noviembre de 2017 un bloqueo marítimo y aéreo que agravó la inseguridad alimentaria en el país.

En particular, redujo las importaciones de alimentos a través del puerto de Al Hudeida en más de 55.000 toneladas métricas al mes, una cantidad “suficiente para satisfacer las necesidades de 4,4 millones de personas, incluidos 2,2 millones de niños”, de acuerdo con Kirolos.

Debido al bloqueo, Save the Children ingresa ayuda humanitaria para el norte del país por el puerto de Adén, ubicado al sur. “Como resultado, puede llevar hasta tres semanas que la ayuda llegue a las personas en lugar de la semana que tardaría si el puerto de Al Hudeida estuviera en pleno funcionamiento”, criticó Kirolos.