Los mayoría de los ciudadanos de Nueva Caledonia –un archipiélago ubicado en el sudeste del océano Pacífico, 1.500 kilómetros al este de Australia y 2.000 al norte de Nueva Zelanda– decidieron permanecer unidos a Francia, según los resultados que emergieron del referéndum celebrado ayer.
De acuerdo con datos oficiales difundidos por medios locales, el no a la independencia obtuvo 56,4% de los votos y el sí, 43,6%. La participación fue elevada: 80,63% de asistencia de los casi 174.000 habilitados a votar para responder a la pregunta “¿quiere usted que Nueva Caledonia acceda a la plena soberanía y se convierta en independiente?”.
El referéndum formó parte de un acuerdo establecido con el gobierno francés hace dos décadas, tras una violenta insurrección de separatistas indígenas kanak –los habitantes originales del territorio colonizado en 1853 por Francia– que se saldó con más de 70 muertos. Actualmente vive en Nueva Caledonia alrededor de 40% de kanaks y 27% de europeos; el resto de la población está compuesto por mestizos y personas procedentes de otras naciones de Oceanía.
La isla –llamada Kanaky por la población autóctona– tiene grandes depósitos de níquel, un componente vital en la fabricación de productos electrónicos, y es considerada por Francia un enclave estratégico político y económico en la región. Según la BBC, el gobierno francés le aporta cerca de 1.500 millones de dólares anuales a este archipiélago. Nueva Caledonia es una de las 11 regiones y colectividades habitadas que Francia mantiene fuera de Europa, pero tiene un estatus sui generis, que le confiere mayor autonomía que al resto de los dominios.
Luego de la votación el presidente francés, Emannuel Macron, hizo una declaración desde el Palacio de Elíseo de París –a 18.000 kilómetros de Nueva Caledonia– en la que destacó la organización del referéndum como un éxito de todos los ciudadanos caledonianos y del Estado francés. “Quiero declarar primero mi inmenso orgullo al haber traspasado juntos esta etapa histórica. Quiero declarar también el orgullo, para el jefe del Estado, porque la mayoría de los caledonianos han escogido Francia. Para nosotros es una marca de confianza en la república francesa, en su futuro y en sus valores. A partir de ahora no hay otro camino que el diálogo”, concluyó.