Al término de una visita de dos semanas a Brasil para evaluar la situación del país, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dijo que el panorama en cuanto a estos derechos es “crítico”, en especial porque el país “no ha logrado resolver la discriminación racial y social” y necesita una reforma de la Justicia, según dijo el lunes en una conferencia de prensa la presidenta de la comisión, Margarette May Macaulay. La funcionaria hizo un llamado a que los derechos humanos “de todos los brasileños” sean respetados, especialmente durante el próximo gobierno, el de Jair Bolsonaro.

Si bien en ningún momento mencionó el nombre del presidente electo de Brasil, Macaulay se mostró preocupada por cuestiones que el ultraderechista citó durante la campaña electoral, como el aumento del poder de las Fuerzas Armadas, la limitación de los derechos de los trabajadores y la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad penal.

Entre los aspectos que más preocuparon a los miembros de la CIDH están los relacionados con “la desigualdad y las discriminaciones profundas”. De acuerdo con el informe de la comisión, los pobres y los negros siguen siendo las principales víctimas de las violaciones a los derechos humanos en Brasil, en tanto que los asesinatos extrajudiciales cometidos por las fuerzas del Estado quedan impunes y sin respuesta de la Justicia.

En otro punto que pareció apuntar a Bolsonaro, la CIDH pidió frenar los discursos de “intolerancia y odio” que afectan a comunidades LGTBI, de mujeres, negros, pueblos indígenas y trabajadores rurales, y que “distorsionan, desprestigian y estigmatizan el papel y la función de los derechos humanos”. El informe también aborda los ataques a activistas y defensores de los derechos humanos y ambientales.

Las conclusiones de la CIDH fueron publicadas unas horas después de que el juez Sérgio Moro, nombrado por Bolsonaro como su futuro ministro de Justicia, se mostró partidario de flexibilizar las normas para la tenencia de armas. El domingo de noche, en una entrevista con el canal Globo, Moro dijo que las reglas actuales para la tenencia de armas “son muy restrictivas” y aclaró que flexibilizarlas no significa promover que la gente ande armada por las calles.

Por otro lado, Moro apoyó la propuesta de Bolsonaro de reducir la edad de imputabilidad penal, que actualmente es de 18 años. “Piense en una familia en la que uno de sus miembros fue víctima de un homicidio practicado por un adolescente de más de 16 años. La gente quiere una respuesta del Estado, y el sistema actual, que prevé sanciones muy reducidas para crímenes de esa naturaleza, de esa gravedad, es insatisfactorio”, consideró.