Un día después de que el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, la designara como ministra de Agricultura de su gobierno, la diputada Cristina Tereza da Costa admitió que tiene negocios con la empresa multinacional de carnes JBS. La legisladora del partido Demócratas dijo que es dueña de la quinta parte de una propiedad rentada a la compañía, pero negó que esta asociación implique un conflicto de intereses.

“Está todo dentro de la ley, con contrato asignado, no veo ningún problema. Si el presidente me pregunta, están los documentos”, dijo Da Costa el miércoles, a la salida de una reunión de Bolsonaro con los diputados del Frente Parlamentario de la Agropecuaria (conocido como la bancada ruralista) que ella preside.

La ministra electa, que además de diputada es ingeniera agrónoma y empresaria, admitió por otra parte haber recibido aportes de JBS, pero de forma indirecta. “Tengo tranquilidad, las donaciones son legales”, afirmó.

Da Costa, la primera mujer confirmada en el gabinete de Bolsonaro, representa el ala más conservadora de la bancada ruralista. De hecho, es una de las principales defensoras del proyecto de ley que flexibiliza el uso de pesticidas en Brasil.

Con su nombramiento también se confirma que el próximo gobierno no fusionará los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente, una medida que el ultraderechista mencionó como posible durante la campaña electoral.

Además de Da Costa, ya están confirmados en el equipo de gobierno de Bolsonaro el juez Sérgio Moro (Justicia y Seguridad Pública), el economista Paulo Guedes (Hacienda), el astronauta Marco Pontes (Ciencia y Tecnología), el diputado Onyx Lorenzoni (Secretaría de la Presidencia) y el general Augusto Heleno Ribeiro (responsable del Gabinete de Seguridad Institucional). En un principio Ribeiro había sido confirmado por Bolsonaro como titular de Defensa, pero decidió asignarle otro cargo para poner al frente de esa cartera a un militar activo.

También esta semana se confirmó que el próximo presidente eliminará el Ministerio de Trabajo una vez que asuma su cargo, el 1º de enero. Desde Brasilia, ciudad a la que viajó para iniciar la transición con el gobierno de Michel Temer, Bolsonaro adelantó que las funciones de esta cartera serán incorporadas a otra, aunque no especificó a cuál.

La decisión forma parte de su política de crear “superministerios” a partir de la unificación de los ya existentes para “reducir” los gastos del Estado. Actualmente en Brasil existen 23 ministerios, dos secretarías y cuatro órganos con rango equivalente al de un ministerio. El objetivo del ultraderechista es reducir ese número a 18.