Según un documento interno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Arabia Saudita exigió a la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de ese organismo, con presencia en Yemen, que haga propaganda a favor de ese reino a cambio de los más de 935 millones de dólares que aporta como asistencia financiera a dicho organismo.

La información fue difundida por el diario británico The Guardian, que pudo acceder al documento interno. Allí se establece que para dar su aporte a la OCHA este año para Yemen, las autoridades saudíes exigieron propaganda a favor de sus esfuerzos humanitarios en los periódicos The New York Times y en el propio The Guardian.

Resulta contradictorio que Arabia Saudita sea uno de los principales actores en la cruenta guerra civil que se está desarrollando en Yemen desde 2015. El reino apoya al gobierno que preside el sunita Abd Rabbuh Mansur al Hadi, que está enfrentado con milicias hutíes que no reconocen su autoridad. Los hutíes, que son predominantemente zaidinos –una rama del islam chiita–, son a su vez apoyados por Irán.

De acuerdo con la información recogida por el grupo Yemen Data Project, hasta diciembre de 2017 la campaña de bombardeos aéreos liderada por Arabia Saudita –en la que además participan otros estados árabes como Baréin, Catar, Kuwait, Jordania y Marruecos, entre otros– ha lanzado 15.489 ataques sobre suelo yemení, y un tercio de ellos o más tuvieron como blanco objetivos civiles.

Según datos de la ONU, el conflicto ya ha costado la vida de 10.000 civiles, pero otras fuentes, como el diario The Washington Post, estimaron que la cifra de muertes alcanza ya 50.000. Lo que sí está claro es que en Yemen se vive una crisis humanitaria, porque de sus 27 millones de habitantes, 20 millones necesitan ayuda humanitaria de emergencia y casi siete millones dependen exclusivamente de los alimentos que les hacen llegar diversos organismos internacionales de cooperación.

A propósito de la situación en Yemen, ayer el gobierno de Estados Unidos pidió que se detenga con urgencia la guerra y llamó a iniciar negociaciones de inmediato para encontrar una solución política al conflicto que ha llevado a una situación crítica al país más pobre del mundo árabe.

Según informó la agencia de noticias AP, el impulso de una solución política a la guerra se da en medio de las crecientes críticas al apoyo militar de Estados Unidos a la campaña aérea saudí en Yemen y a la venta de armas estadounidenses a los saudíes. Estas críticas se intensificaron a causa del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita de Turquía.

Acerca de este caso, la Fiscalía turca concluyó esta semana, luego de hacer una investigación que no contó con la colaboración de las autoridades saudíes, que Khashoggi fue estrangulado ni bien ingresó en el consulado de Estambul, el 2 de octubre. También informó que después de su muerte, su cuerpo fue descuartizado y que luego sus restos fueron destruidos. Se procedió siguiendo un plan premeditado por parte de agentes de la inteligencia saudí que habían ingresado a territorio turco cuatro días antes del asesinato.