La franja de Gaza vive uno de los enfrentamientos más graves que se registran desde 2014. Las tensiones entre milicianos palestinos y el ejército de Israel se dispararon cuando el domingo de noche integrantes de las fuerzas especiales israelíes entraron en el sur de Gaza disfrazados de civiles palestinos para llevar a cabo una operación encubierta, supuestamente con el objetivo de destruir un túnel subterráneo con acceso al lado israelí de la frontera.
La misión no sólo se vio frustrada, sino que además dejó ocho muertos, un teniente coronel israelí y siete combatientes palestinos, incluido Nour Baraka, uno de los líderes de las Brigadas de Ezedin al Qasam, un grupo armado vinculado con el movimiento Hamas, que controla Gaza. El dirigente también era el responsable de los túneles ofensivos en el sur de la franja. Las brigadas manifestaron que una “fuerza especial del Ejército [de Israel] se infiltró tres kilómetros en la zona del este de Jan Yunis en un coche civil y mató al líder”, en lo que consideró una operación de asesinato selectivo.
Como represalia, Hamas lanzó el lunes más de 200 misiles y cohetes sobre el sur de Israel, e hirió a una decena de personas. Los cohetes llegaron a la ciudad costera de Ashkelon, e Israel temía que pudieran alcanzar incluso a Tel Aviv. En respuesta, las fuerzas aéreas israelíes lanzaron 460 cohetes y 160 bombardeos contra objetivos de Hamas en Gaza y mataron a otras siete personas.
Desde el domingo hasta ayer, murieron 14 palestinos en Gaza debido a la acción de militares israelíes, y otro palestino por un cohete lanzado desde Gaza, en la ciudad israelí de Ashkelon, según informó la Policía de Israel a la agencia de noticias Efe.
Además, más de 20 personas resultaron heridas durante los bombardeos contra objetivos militares de la franja, que destruyeron cuatro grandes infraestructuras, entre ellas el hotel Al Amal y la sede del canal de televisión Al Aqsa, de acuerdo con el Ejército israelí.
Los ataques de las últimas 48 horas han socavado todos los esfuerzos que Egipto, Catar y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llevan adelante desde hace meses para buscar un acuerdo de cese de la violencia en la región. El lunes, el enviado especial de la ONU para el proceso de paz, Nicolay Mladenov, aseguró que el organismo estaba trabajando “con Egipto y todas las partes involucradas para asegurarse de que Gaza se aleje del abismo”. Advirtió que la escalada “es extremadamente peligrosa y temeraria” y que “los cohetes deben parar; todos deben mostrar contención”.
Ayer el denominado Centro de Operaciones Conjunto de las Facciones Palestinas, que agrupa a los principales grupos armados, anunció el inicio de una tregua con la condición de que Israel también asuma ese compromiso. “Los apreciados esfuerzos egipcios han llevado a reforzar el alto el fuego entre la resistencia armada y el enemigo sionista. La resistencia armada se comprometerá con esta declaración en tanto el enemigo sionista lo haga”, manifestó en un comunicado.
El gobierno de Israel no se había pronunciado ayer al respecto. El Gabinete de Seguridad de ese país, liderado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, se reunió durante ocho horas para considerar las medidas a tomar, pero no anunció ninguna decisión. Un ministro citado por el medio digital israelí Mako aseguró antes de la reunión que, por el momento, Netanyahu “no estaba buscando una confrontación abierta con Hamas” y se iba a limitar a “informar de la situación militar para buscar la aprobación de los miembros del Gabinete de Seguridad a sus decisiones”.
El domingo, mientras participaba en la conmemoración de los 100 años del final de la Primera Guerra Mundial en París, el primer ministro israelí activó las alarmas de la región al decir que no puede haber una solución diplomática frente a Hamas, de la misma manera que no la puede haber con el grupo yihadista Estado Islámico. “No puedo llegar a un acuerdo diplomático con una organización cuya ideología es destruirnos”, dijo Netanyahu. Sin embargo, recalcó después que mientras Hamas controle Gaza, “la mejor solución” es “lograr la tranquilidad”. Agregó: “Hago todo lo posible por impedir una guerra que está de más”.
De todos modos, el lunes las autoridades israelíes reforzaron la presencia de tropas en la periferia de Gaza y aumentaron la capacidad defensiva tanto del sistema antimisiles como de los servicios de inteligencia.