Finalmente serán 22 los ministerios que tendrá el gobierno de Jair Bolsonaro, que asumirá el 1º de enero la presidencia de Brasil y que tenía el objetivo de recortar el gasto eliminando algunas de las 29 carteras o instituciones con rango ministerial actuales. Durante la campaña electoral el militar retirado había afirmado que en un gobierno suyo habría “a lo sumo 15 ministerios”. No alcanzó ese número, pero sí confirmó con sus designaciones la previsión de que su gabinete estará conformado por varios militares y cargado de políticos extremadamente conservadores.
En ese marco se produjo la designación del ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, un abogado paulista de 43 años, que es el presidente del movimiento derechista liberal Endireita Brasil y se desempeñó como secretario de Medio Ambiente del estado de San Pablo en 2016 y 2017, cuando fue gobernador Geraldo Alckmin, el actual presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña. En ese cargo, Salles fue acusado de haber cambiado las propuestas del plan de manejo de un área de protección ambiental para favorecer a empresas privadas, algo que él negó en todo momento.
Luego de su designación, Salles concedió una entrevista al diario Folha de São Paulo en la que afirmó que su objetivo al frente del ministerio será “defender el medioambiente y, al mismo tiempo, respetar a todos los sectores productivos del país”. El futuro ministro agregó que su idea es “preservar el medioambiente pero sin ideología”.
Sin embargo, los dichos y hechos del futuro ministro están marcados por su ideología. En la campaña para las últimas elecciones, en las que se postuló a diputado federal por el estado de San Pablo –pero no reunió los votos necesarios para acceder al cargo–, manifestó un profundo rechazo a la izquierda en general y al Movimiento sin Tierra en particular. Su lista tenía el número 3006 en referencia a un tipo muy común de munición, y durante la campaña impulsó la caza de jabalíes.
Salles está estrechamente vinculado al lobby del agronegocio. La semana pasada varias entidades vinculadas a este sector de la economía, entre otros la Sociedad Rural Brasileña, le enviaron una carta a Bolsonaro para pedirle expresamente que designara a Salles como ministro de Medio Ambiente, informó la cadena Globo. Según le manifestaron las entidades al futuro presidente, él “puede conciliar los intereses del productor rural por el aumento de la productividad con las cuestiones ambientales de forma objetiva, con la prioridad en el respeto de las leyes y las instituciones”.
La designación de Salles generó grandes críticas de los sectores ambientalistas brasileños. Márcio Astrini, coordinador de Políticas Públicas de Greenpeace Brasil, afirmó que el escenario ambiental en el país “ya está mal” y que, dada la designación del nuevo ministro, perfectamente “puede empeorar”. Según recogió el medio digital Leia Já, Astrini dijo que “Bolsonaro ya dejó claro que quería transformar el Ministerio de Medio Ambiente en una especie de dependencia del Ministerio de Agricultura. La elección del nuevo ministro sigue esa lógica, porque la principal función de Salles será la promoción de una verdadera agenda antiambiental, poniendo en práctica medidas que van a terminar generando la desforestación de la Amazonia y la disminución del combate a los crímenes ambientales”.
Las cuestiones relativas al medioambiente fueron otro de los frentes de críticas que abrió Bolsonaro durante su campaña electoral. Se mostró profundamente escéptico acerca del Acuerdo de París, que busca mitigar el cambio climático, y hace pocas semanas tuvo directa injerencia para evitar que la cumbre mundial del clima COP25, que se llevará a cabo en 2019, se organice en Brasil, el país que había sido designado para ello en primera instancia. Inicialmente Bolsonaro dijo que había problemas presupuestarios para organizar el encuentro, pero más tarde aseguró que tuvo “participación directa” en esa decisión. Según afirmaron organizaciones ambientalistas en un comunicado público, “con la decisión de no ser sede del COP25 en 2019, Bolsonaro comenzó a cumplir sus amenazas al medioambiente”.
Durante la campaña electoral el presidente electo ganó mucho apoyo de la bancada ruralista y se comprometió a cumplir una extensa agenda de retrocesos en el área ambiental, amenazando con dejar de preservar áreas verdes protegidas, disminuir la actuación del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, y aprobar leyes como la que posibilita el uso indiscriminado de agrotóxicos.
Asesinan a dos militantes del Movimiento de los Sin Tierra
Varios hombres encapuchados y armados llegaron el sábado, de noche, a un campamento del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra cerca de Alhandra, una ciudad del estado brasileño de Paraiba. Se dirigieron a dos de los militantes que se encontraban allí, Rodrigo Celestino y José Bernardo da Silva, y los asesinaron. A los demás les dijeron que se apartaran, informaron los testigos a la Policía. Este crimen ocurre a semanas de que asuma el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, que plantea que las ocupaciones de tierra o de viviendas deben ser consideradas actos de “terrorismo”, una política que dejará todavía más desprotegidos a los militantes sociales.