Desde ayer rige en Argentina un nuevo protocolo para el empleo de las armas de fuego por parte de los miembros de las fuerzas federales de seguridad. El protocolo publicado ayer en el Boletín Oficial –pero que había sido firmado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el martes de la semana pasada, en los días previos a la realización del G20– autoriza a las fuerzas de seguridad a emplear armas de fuego en casi todas las situaciones de intervención frente a un hecho delictivo: en defensa propia, para impedir la comisión de un delito, para proceder a la detención o para impedir la fuga. Además, redefine de manera amplia y flexible los casos de peligro inminente. La nueva normativa, que tiene tres páginas y cinco artículos, establece, entre otras cosas, que el tirador podrá hacer “uso de las armas de fuego cuando resulten ineficaces otros medios no violentos” para proceder “a la detención de quien represente un peligro inminente y oponga resistencia a la autoridad”.

Según informó el portal Tiempo Argentino, la iniciativa también abre la puerta a utilizar armas de fuego en situación de tumulto. El artículo 5° prevé que los efectivos podrán disparar “cuando la imprevisibilidad del ataque esgrimido, o el número de los agresores, o las armas que estos utilizaran, impidan materialmente el debido cumplimiento del deber, o la capacidad para ejercer la defensa propia o de terceras personas”.

El reglamento elaborado por el ministerio que preside Bullrich, en cambio, da vía libre para disparar “cuando se presuma verosímilmente que el sospechoso pueda poseer un arma letal”, sin esperar que haya constatación ni, mucho menos, enfrentamiento. Según el inciso C.3, basta con que el sospechoso “efectúe movimientos que indiquen la inminente utilización de un arma”.

Algunos medios argentinos calificaron la medida de una legitimación de la doctrina Chocobar, haciendo referencia al caso del policía Luis Chocobar, que en diciembre del año pasado disparó por la espalda y mató a Pablo Kukoc, de 18 años, quien huía tras asaltar y apuñalar a un turista estadounidense en las calles del barrio porteño de La Boca. Por esa acción, el presidente Mauricio Macri calificó a Chocobar de “héroe” y ejemplo a seguir. Pero en octubre la Corte Suprema ratificó el procesamiento del policía por “homicidio agravado en exceso del cumplimiento del deber”. Gracias a la nueva normativa, los policías que actúen de ahora en más como Chocobar estarán amparados por la ley. Como era de esperar, la nueva norma generó numerosas reacciones.

La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) denunció que el nuevo reglamento servirá para “justificar represiones y asesinatos en movilización y manifestaciones populares”. La entidad exhortó a repudiar este “nuevo avance represivo del gobierno de Cambiemos”. Según informó Página 12, la Correpi mediante un comunicado denunció que el reglamento publicado en el Boletín Oficial transforma el gatillo fácil en ley y, “con verdadera hipocresía”, aunque reconoce como su marco legal al Código de Conducta para Funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lo deroga “de facto” en el articulado, así como los principios básicos acordados por la ONU y los manuales de capacitación de la Policía Federal.

Por otra parte, Myriam Bregman, legisladora de la ciudad de Buenos Aires por el Partido de los Trabajadores Socialistas, expresó en una publicación en su cuenta de Twitter: “Todos y todas debemos manifestar ampliamente el repudio a la resolución sobre la ampliación del uso de armas de fuego. Con toda nuestra fuerza”. Y agregó: “Patricia Bullrich modifica el Código Penal por resolución ministerial. Interesantísimo lo suyo, pero inconstitucional”.

Mientras tanto, Agustín Rossi, quien es jefe de la bancada del Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados, dijo también en su cuenta en Twitter: “El gobierno de Macri autorizó a las fuerzas de seguridad de Bullrich a usar armas de fuego, aun cuando la persona sospechada esté desarmada. Cuando cambiamos Estado de Derecho por disparos por la espalda, toda la ciudadanía está en peligro. El crimen organizado se ríe, impune”.