La reforma laboral, uno de los asuntos incluidos en la agenda de Mauricio Macri, ha sido postergada desde que comenzó su gobierno, pero se encamina a retomar el impulso en los primeros meses de 2019, el último año de mandato del presidente argentino.

La crisis económica y financiera que sufrió Argentina durante 2018 y el impacto que tuvo en la gente puso el freno a esa reforma. Sin embargo, desde varios frentes se le reclama a Macri que dé ese paso, mientras que la oposición ya anticipó que no bajará la guardia ante la eventual presentación del proyecto. Semanas atrás, Macri y el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, se refirieron a esta iniciativa, lo que generó inmediatas reacciones. La central sindical Confederación General del Trabajo (CGT) y los empresarios de pequeñas y medianas empresas agrupados en la Confederación General Económica de la Argentina (CGERA) coincidieron en condenar la reforma laboral, que podría ser un eventual foco de conflicto para los primeros meses del año que viene, que por otra parte será año electoral. Según informó el diario Tiempo Argentino, durante el brindis de fin de año de la CGERA el titular de la CGT, Héctor Daer, advirtió que “ni el movimiento obrero ni el Congreso de la Nación van a aceptar la reforma laboral”.

En la misma línea se expresó otro dirigente de la CGT, Carlos Acuña, que es secretario general del sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio y está muy ligado a otro peso pesado del ala sindical peronista, Luis Barrionuevo. Dijo que la central sindical rechaza “de plano” una reforma de los convenios laborales, e insistió: “No la vamos a aceptar de ninguna manera, que se ocupen de gobernar”.

“¿Qué reforma laboral van a hacer si cada día hay menos trabajo? Que el gobierno se preocupe por generar empleo”, reclamó Acuña. El dirigente afirmó además que con el gobierno de Macri “se está yendo hacia un camino de mayor conflictividad”, y anticipó que la situación “va a estar complicada”.

Esta percepción coincide con las últimas cifras oficiales difundidas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), que publicó datos de la Encuesta Permanente de Hogares del tercer trimestre del año. Según el estudio, publicado por el diario Perfil, la desocupación en Argentina se ubicó en 9,6% en el tercer trimestre de 2018, mientras que en el mismo período de 2017 llegaba a 8,3%. De acuerdo con los números del INDEC la subocupación total del país aumentó un punto en forma interanual, ya que se situó en 11,8% frente 10,8% del mismo período de 2017. Al observar las cifras de desocupación y subocupación se constata que hay casi cuatro millones de personas con estos problemas de empleo en Argentina.

Más allá de las cifras, las posiciones sobre la crisis difieren. De esta manera, la Cámara de Comercio publicó la semana pasada un comunicado en el que analizó la situación económica y política del país desde que asumió el gobierno de Macri, y le pidió al presidente que lleve adelante la reforma laboral y que baje el “costo argentino”. En la declaración, la Cámara de Comercio aconseja que el gobierno atienda cinco ejes para reducir ese “costo argentino”: el laboral, el tributario, la “desburocratización”, los medios de pago electrónicos y el comercio exterior.

En materia laboral, la organización empresarial considera, al igual que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se debería avanzar con la reforma laboral. Con ese objetivo, aconseja que ese proyecto tenga como eje la mejora de la productividad y que se arbitren acciones para reducir la informalidad laboral. Esta posición se alinea con la del FMI, que luego de aprobar su préstamo a Argentina, le encomendó al gobierno de Macri que vuelva a avanzar en reformas laborales, y también de los sistemas impositivo y jubilatorio.