En medio de la crisis social y política que atraviesa Nicaragua, la vicepresidenta del país, Rosario Murillo, esposa del presidente Daniel Ortega, manifestó en un comunicado público, divulgado por la celebración de Navidad, que está convencida de que la población de su país está “cada vez más unida”.

“Sentimos y nos convencemos de estar cada vez más unidos, animados y alentados por la fuerza espiritual que ha venido creciendo y que nos ha llevado a recuperar cariño, encuentro y cultura de paz”, dijo Murillo, en un mensaje difundido por medios del gobierno y citado por la agencia de noticias Efe. “Con fe y fortaleza vamos adelante en esta Nicaragua donde han brillado por años el amor, el encuentro, la reconciliación, y seguirán brillando, no lo dudemos”, agregó la vicepresidenta.

Por su parte, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el brasileño Paulo Abrão, pidió que se recordara a los 325 fallecidos, 400 detenidos y miles de exiliados que han dejado las manifestaciones contra el gobierno de Ortega en Nicaragua desde abril. “En esta Navidad piensen en las 325 familias de los fallecidos en Nicaragua. En los 400 detenidos arbitrariamente. En los miles de exiliados y en los clandestinos dentro de su propio país”, publicó Abrão en su cuenta de Twitter.

La semana pasada Ortega expulsó de Nicaragua a dos misiones de la CIDH, bajo la acusación de que estaban actuando de forma “injerencista” y parcial en su evaluación de la situación en el país.

De acuerdo con la CIDH, desde que se intensificaron las protestas que pedían la salida del gobierno de Ortega, 325 personas han muerto en el marco de las movilizaciones, aunque algunas organizaciones sociales elevan esa cifra a 545. Mientras tanto, el Ejecutivo reconoce 199 muertes y afirma que estas se produjeron en el marco de un intento de golpe de Estado. Paralelamente, entidades humanitarias locales estiman que hay 674 “presos políticos”, mientras que el gobierno de Ortega afirma que hay 340 personas presas a las que califica de terroristas, golpistas o delincuentes comunes.