Mediante su Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno de Arabia Saudita rechazó ayer de manera tajante las resoluciones del Senado de Estados Unidos que llaman a terminar con la ayuda militar para la guerra en Yemen y que culpan al príncipe heredero al trono, Mohammed bin Salman, por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Las autoridades saudíes argumentan que se trata de afirmaciones infundadas.
“El reino rechaza categóricamente cualquier intromisión en sus asuntos internos, cualquier acusación que falte el respeto a su liderazgo... y cualquier intento de minar su soberanía”, afirma el comunicado difundido por la cancillería y recogido por la agencia de noticias Reuters.
El Senado estadounidense –desoyendo al presidente Donald Trump– llevó a cabo el jueves dos votaciones significativas por su valor simbólico, ya que las resoluciones no se convertirán en ley porque no cuentan con el apoyo necesario en la Cámara de Representantes. Los líderes de esta cámara, que son republicanos y están más alineados con Trump, ya anunciaron que no respaldarán las mociones contra el reino saudí, un histórico aliado de Estados Unidos en Medio Oriente.
Una de las resoluciones apoyadas por la mayoría de los senadores fue la referida al retiro de la asistencia militar para los ataques que lleva a cabo en Yemen una coalición internacional liderada por Arabia Saudita. La guerra en Yemen ha causado una catástrofe humanitaria que ha sido considerada la más grave en la actualidad por la Organización de las Naciones Unidas.
La otra iniciativa aprobada por los senadores fue la condena al príncipe heredero al trono, Mohamed bin Salman, a quien consideran responsable de la muerte del periodista disidente Jamal Khashoggi, que fue asesinado por un comando de la inteligencia saudí el 2 de octubre en el Consulado del reino en Estambul.
Si bien la CIA había llegado a la conclusión de que Bin Salman ordenó directamente el asesinato de Khashoggi, Trump desestimó esa investigación y se mantuvo inflexible en su apoyo al príncipe.
Según informaron medios estadounidenses, la votación en el Senado en la que se aprobaron las dos iniciativas se llevó a cabo pocas horas después de que los jefes del Pentágono, Jim Mattis, y de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, les pidieran a los miembros de la Cámara de Representantes, durante una reunión a puertas cerradas, que votaran a favor de mantener la ayuda militar y de inteligencia a Arabia Saudita, una relación que Washington considera absolutamente imprescindible para contrarrestar el aumento de la influencia iraní en Medio Oriente.