Si bien varios ministros de su gabinete le pidieron a la primera ministra británica, Theresa May, que suspenda la votación en la Cámara de los Comunes para la aprobación de su plan sobre el brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), por temor a que una votación negativa pueda hacer caer a su gobierno, la jerarca rechazó el pedido y por ahora mantiene su postura de que esta votación se haga el martes.

Según informó el diario The Times, el ministro de Defensa, Gavin Williamson, es uno de los que le han pedido a May el aplazamiento de la votación, “en la que puede perder por 100 diputados o más”. Otros miembros del gabinete, como la ministra de Trabajo y Pensiones, Amber Rudd, el titular de Interior, Sajid Javid, y el ministro para Gales, Alun Cairns, opinan que la primera ministra debe seguir adelante con la campaña hasta el mismo lunes y decidir en ese momento la suspensión, si para entonces se vislumbra una derrota de más de 70 votos.

Ayer, en una entrevista radial con la cadena BBC, May dijo que en la votación del martes los legisladores británicos se enfrentan a la siguiente decisión: validar su pacto, que el país abandone el bloque sin acuerdo, o incluso que se revierta el brexit, algo que la primera ministra jamás había manejado públicamente.

May dijo que estaba hablando con los diputados sobre la posibilidad de otorgarle al Parlamento un papel más importante en el hipotético escenario de que sea necesario activar el plan de salvaguarda para Irlanda del Norte, uno de los puntos más problemáticos del brexit. La salvaguarda para evitar una frontera física dura entre Irlanda del Norte –que es parte de Reino Unido– y la República de Irlanda –que es miembro de la UE– es que, si no hay un acuerdo para después del período de transición, todo Reino Unido permanezca en la unión aduanera de la UE, de manera que Irlanda del Norte quedaría en el mismo territorio aduanero que el resto de Reino Unido.

La votación del martes ha generado divisiones en la interna tanto de los conservadores como de los laboristas, por lo que el escenario futuro es bastante difícil de vaticinar. Muchas posibilidades están sobre la mesa e incluso también está en consideración una nueva votación popular sobre el brexit, una alternativa que la primera ministra May ha descartado en forma contundente durante todo su proceso de negociación con la UE.