Los bombardeos aéreos y los disparos con artillería continuaban ayer en la región siria de Guta Oriental, bastión de la oposición, a pesar de la tregua de 30 días que el sábado se dispuso en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El organismo aprobó de manera unánime el cese de fuego por razones humanitarias en todo el territorio sirio, si bien hizo especial énfasis en Guta.

El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, dijo a la agencia de noticias Efe que ayer murieron ocho civiles en Guta, si bien advirtió que la cifra puede aumentar debido a que hay heridos graves. La actualización del observatorio –organización opositora con sede en Londres– elevó a 520 la cifra de personas que murieron en esa región desde que el domingo 18 comenzaron los enfrentamientos entre milicias opositoras y fuerzas leales al gobierno.

Una de las principales razones por las que continúan los combates en Siria es que muchos de los actores consideran que están luchando contra grupos terroristas, a los que la ONU excluyó de la tregua. Siguiendo esa premisa, las fuerzas turcas y sus grupos sirios aliados avanzaron ayer en el enclave kurdo de Afrín, en el noroeste de Siria, en el marco de la operación Rama de Olivo, que desde enero llevan adelante contra las Unidades de Protección del Pueblo, una milicia kurdosiria que Ankara considera terrorista.

En la misma línea respondió el presidente ruso, Vladimir Putin, después de que su par francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, le pidieron “ejercer la máxima presión” sobre el gobierno sirio para lograr el cese inmediato de los ataques. “La suspensión de las acciones militares no se extiende a las operaciones contra los grupos terroristas”, argumentó Putin, de acuerdo con un comunicado que publicó el Kremlin después de una conversación telefónica que mantuvieron los tres gobernantes.