Fue una bola de nieve que empezó a rodar el viernes, cuando el diario británico The Times publicó una investigación a raíz de un informe interno de Oxfam en el que se reconoce que algunos de sus directivos y voluntarios contrataron prostitutas en Haití, donde la prostitución es ilegal. Se habían desplazado a ese país para brindar ayuda después de la devastación que causó el terremoto de 2010. En ese informe se presentaban los resultados de la investigación sobre lo sucedido, se mencionaba a los involucrados y se hablaba de orgías con prostitutas en las instalaciones de la organización. Además, se menciona que hay sospechas de que se pagó a mujeres menores de 18 años, aunque se aclara que ese punto no llegó a confirmarse.

La primera reacción de la organización civil ante esta denuncia fue reconocer el comportamiento “inaceptable” de “algunos miembros del personal de Oxfam” en Haití, que después del terremoto llegó a las 200 personas. Sin embargo, rechazó las acusaciones de que encubrió lo sucedido, aseguró que lo investigó y, en consecuencia, despidió a cuatro personas y aceptó la renuncia de otras tres, entre ellas el entonces director de Oxfam en Haití, el belga Roland van Hauwermeiren.

En cambio, The Times informó que la directora ejecutiva de Oxfam, Barbara Stocking, le ofreció al belga “una salida gradual y digna” a cambio de su cooperación en la investigación para evitar “implicaciones potencialmente serias” para la credibilidad de la organización. Después de salir de Oxfam, en 2011, Van Hauwemeiren trabajó entre 2012 y 2014 como líder de la misión en Bangladesh de la francesa Acción contra el Hambre. Esta organización informó a The Times que no recibió ninguna advertencia por parte de Oxfam, sino que había recibido “referencias positivas” del belga.

Esas primeras revelaciones ya generaron una serie de repercusiones. Tanto Reino Unido como la Unión Europea anunciaron que reevaluarán los aportes financieros que hacen a la organización británica, que sólo en Reino Unido recibe 340 millones de euros por año, provenientes de fondos gubernamentales y donaciones. El gobierno británico exigió a la organización que entregue su investigación sobre lo sucedido en Haití y aseguró que dejará de colaborar con quienes no faciliten las investigaciones de cualquier tipo de abuso sexual.

“Tenemos una política de tolerancia cero para el tipo de actividades que tuvieron lugar en este caso, y esperamos lo mismo de nuestros colaboradores”, aseguró el portavoz del Ministerio de Cooperación Internacional. También la Comisión de Organizaciones Civiles de Reino Unido, dependiente del Parlamento, exigió explicaciones a Oxfam. El principal reclamo de las autoridades británicas y europeas es que no haya denunciado ante la Justicia lo sucedido en Haití. Al ser consultada sobre este punto, la organización dijo que no lo denunció en Haití porque consideró que “era extremadamente improbable que llevaran a cabo acción alguna”.

Ahora las autoridades haitianas se proponen hacerlo. Ayer el diario británico The Guardian informó que el gobierno de Haití exigió a Oxfam que identifique a los trabajadores que contrataron prostitutas, para abrir una investigación sobre lo sucedido. “Podemos estar ante una banda pedófila. Fue un delito, la prostitución es ilegal”, dijo el embajador de Haití en Reino Unido, Bocchit Edmond, antes de asegurar que el gobierno haitiano está “conmocionado y horrorizado” porque Oxfam permitió que estas personas dejaran el país pese a haber cometido un acto ilegal.

Segunda parte

Los diarios The Observer y The Guardian informaron ayer que directores y trabajadores de Oxfam también contrataron a prostitutas en Chad en 2006, año en el que la misión en ese país era liderada por Van Hauwermeiren.

Después de que se conociera esta nueva información, ayer renunció la directora adjunta de Oxfam, Penny Lawrence. En un comunicado, reconoció que ya habían recibido acusaciones sobre “el uso de prostitutas” por parte de Van Hauwermeiren y los directivos que después fueron enviados a Haití. “No fuimos capaces de responder de forma adecuada”, reconoció. “Como directora de programa en ese momento, estoy avergonzada de que esto ocurriera bajo mi supervisión, y asumo toda la responsabilidad”, agregó.

Más allá de esta renuncia, la organización debe recorrer un largo camino para recuperar la credibilidad de todos sus donantes, desde instituciones internacionales hasta personas, reconoció la subdirectora de Oxfam en España, Pilar Orenes, en entrevista con el periódico digital eldiario.es. Agregó que este tipo de casos “impacta a la opinión pública en general”, pero también pidió que la población vaya “más allá de la noticia” y mire toda la trayectoria de la organización.