“Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Con este lema como bandera, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de Argentina convocó hace una semana a una manifestación frente al Congreso para reclamar la despenalización del aborto. La cita reunió a miles de mujeres y hombres y la demanda invadió las redes sociales.
La presión pública fue tan grande que el tema se trató tres días después en una reunión que mantuvo en la Casa Rosada el jefe de Gabinete, Marcos Peña, con líderes del Congreso para coordinar la agenda parlamentaria de este año. En ese encuentro, Peña aseguró que se daría “libertad de acción” a los diputados y senadores para que se debata el proyecto de ley.
El viernes, Mayra Mendoza, diputada del Frente para la Victoria y una de las impulsoras del proyecto de ley, confirmó que pedirá, junto con otras seis diputadas, que se celebre una sesión especial el 8 de marzo en la cámara baja para iniciar la discusión. Además, cuestionó las intenciones del gobierno. “Hay que ver qué busca el gobierno al decir que va a permitir el debate. El debate ya está instalado”, planteó la diputada, en declaraciones a la radio Futurock.
Por ahora, las posibilidades de que el oficialismo acceda a que se celebre una sesión especial son pocas, ya que varios representantes anticiparon que darían el debate pero “con tiempo”. Incluso si se llegara a convocar la sesión para el 8 de marzo, la cuestión será conseguir el quórum, es decir, que 129 diputados estén en sus escaños para que el proyecto pueda debatirse. Si hubiera quórum, el proyecto deberá ser votado por al menos 65 legisladores para ser aprobado.
Por el momento, las únicas bancadas que adelantaron que apoyarán en bloque la iniciativa son el Movimiento Evita y el Frente de Izquierda, que, juntos, suman siete escaños. A ellos se les sumarán algunos diputados de los demás partidos. Dentro de la bancada oficialista, de 108 integrantes, se calcula que hay entre 35 y 40 a favor del proyecto, según el diario La Nación.
Pero el proceso sigue e, incluso si se consigue la media sanción en la Cámara de Diputados, la principal barrera estará en el Senado, donde tienen más peso los representantes de las provincias con tendencias conservadoras.
En las últimas horas, representantes del oficialismo manifestaron distintas posturas acerca del debate sobre el aborto legal. El jefe de la bancada de senadores del partido de Macri, Propuesta Republicana, Humberto Schiavoni, aclaró que, a pesar de la decisión que transmitió Peña, la interrupción voluntaria del embarazo es un tema que su partido “no instala ni promueve”.
En un tono más conciliador, el presidente de la bancada de la alianza gobernante Cambiemos en Diputados, Mario Negri, confirmó que se dará el debate en la cámara baja, pero “no a las apuradas”, una afirmación que tiró abajo la posibilidad de que haya una sesión especial el 8 de marzo. “Somos una fuerza que no va a eludir el debate. Reconocemos que se trata de un tema complejo, que lleva muchos años de discusión y que cruza aspectos no sólo de la salud pública, sino también convicciones personales y religiosas. No hay que esconder la cuestión del aborto debajo de la alfombra, al contrario: hay que dar la discusión, pero con seriedad y con responsabilidad”, dijo el diputado a La Nación.
El sábado de noche, en el programa televisivo Podemos hablar, Peña fijó su postura: “No estoy a favor de la despenalización, pero entiendo la complejidad del tema”, dijo, antes de agregar: “Hay que darle un debate”.
El presidente Macri todavía no se pronunció públicamente sobre el tema, aunque se espera que haga referencia a la iniciativa el jueves, en el discurso que brindará ante el Congreso para inaugurar el nuevo período de sesiones ordinarias.