Los enfrentamientos del fin de semana entre Israel y Siria fueron los mayores de las últimas décadas. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dio ayer la versión de su país sobre el aumento de la violencia. Comunicó que el sábado un dron iraní ingresó al espacio aéreo de Israel durante un minuto y medio, antes de ser abatido por un helicóptero de combate que patrullaba la zona aérea cercana a la frontera con Jordania. La intromisión fue negada tanto por Irán como por Siria. En represalia, Israel lanzó un ataque sobre varios objetivos en Siria que, según el Ejecutivo de Netanyahu, son instalaciones utilizadas por Irán, involucrado en la guerra civil de ese país.

Un escuadrón integrado por ocho aviones concretó el ataque y, cuando volvía, uno de los cazabombarderos fue alcanzado por un misil antiaéreo de las defensas sirias y se estrelló en suelo israelí. Los dos tripulantes lograron eyectarse y se salvaron, aunque uno de ellos tiene heridas graves. Después de que esto ocurriera, Israel volvió a lanzar misiles, según dijo Netanyahu, dirigidos a objetivos sirios e iraníes.

“Dimos un duro golpe a las fuerzas iraníes y sirias”, afirmó el primer ministro israelí. “Continuaremos atacando a todos los que intentan atacarnos”, dijo en un comunicado. “Es nuestra política y seguirá siéndolo”, agregó. Más tarde, en un mensaje televisado, añadió: “Israel busca la paz, pero seguiremos defendiéndonos firmemente de cualquier ataque contra nosotros o de cualquier intento de Irán de posicionarse contra nosotros en Siria”.

En la misma línea se pronunciaron varias autoridades militares israelíes. “Este es el mayor y más importante ataque que la Fuerza Aérea ha llevado a cabo contra las defensas aéreas sirias” desde la Guerra del Líbano de 1982, dijo el número dos de la Fuerza Aérea israelí, Tomer Bar, en declaraciones al diario digital Times of Israel citadas por la agencia de noticias Efe. También sería la primera vez que un avión de este tipo es derrumbado por otro país.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización civil siria con sede en Londres, comunicó que el primer ataque israelí tuvo tres objetivos en zonas distintas de Siria y causó la muerte de seis soldados sirios. Uno de esos objetivos fue un aeropuerto en la provincia de Homs, en el centro del país, donde se concentran fuerzas sirias, iraníes y del grupo libanés Hezbolá.

Lo sucedido generó una serie de reacciones en países y actores políticos que se alinearon tras unos y otros. Rusia, al igual que Hezbolá, respalda al gobierno de Bashar al Assad. El grupo libanés condenó en un comunicado la “continua agresión israelí” contra Siria y la “injerencia” de ese país en la guerra civil mediante “la agresión y las amenazas”. Rusia, también en un comunicado, manifestó su “gran preocupación” por “los ataques a Siria” lanzados por Israel; “sobre todo preocupa la amenaza de una escalada” de tensión, agregó, y llamó “a todas las partes involucradas a ejercer la contención”.

Por su parte, Estados Unidos, que apoya a milicias armadas opositoras en Siria y rechaza la influencia iraní en ese país, además de ser el principal aliado de Israel, dijo mediante la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, que “respalda firmemente el derecho soberano de Israel a defenderse” y condenó las “actividades malignas” de Irán.

Si bien Israel no ha aparecido en la primera línea del enfrentamiento sirio –como sí lo hicieron Estados Unidos, Turquía, Irán y Rusia–, a lo largo de los siete años de este conflicto ha lanzado misiles o bombardeado más de un centenar de veces el territorio de Siria para destruir principalmente armamento o infraestructura cercana a su frontera. Lo ha hecho bajo el argumento de que esa infraestructura estaba destinada a atacarlo.

Antes de que aumentara la violencia el fin de semana, el miércoles Israel había bombardeado un arsenal en el Centro Sirio de Estudios Científicos, una instalación militar en la que podrían desarrollarse misiles y armamento no convencional. En ese entonces el Ejército sirio advirtió a Israel que sus “repetidas y agresivas aventuras” tendrían “peligrosas consecuencias”.

Otros jugadores

El gobierno sirio envió una carta a la Secretaría General y al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para pedir que ordenen el desmantelamiento y la salida de su territorio de la coalición internacional liderada por Estados Unidos. Originalmente esta coalición se formó para intervenir en Irak y Siria con el objetivo de enfrentar al grupo yihadista Estado Islámico, pero después de su derrota se ha dedicado a entrenar al grupo kurdo sirio Fuerzas Democráticas Sirias, una milicia opositora que quiere controlar la frontera con Turquía, con el objetivo declarado de evitar la conformación de nuevos grupos terroristas. Siria ya había pedido la salida de la coalición, pero la solicitud ante la ONU fue presentada después de que esas fuerzas internacionales atacaran a combatientes leales al gobierno que se enfrentaban con las Fuerzas Democráticas Sirias. Esa acción causó la muerte de más de 100 milicianos que apoyan al gobierno sirio.