El gobierno de Colombia puso en duda ayer la posibilidad de retomar los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) debido a las acciones violentas que acompañaron el paro armado de esa guerrilla. Al llevar adelante esa medida, que incluye el bloqueo de carreteras y caminos, los combatientes del ELN dinamitaron varios puentes y atacaron peajes con explosivos, según las autoridades colombianas. Dos personas murieron en esas acciones, y hasta ayer había dudas acerca de si se trataba de integrantes del ELN que manipularon explosivos o si eran personas ajenas al grupo armado.
Tanto el presidente Juan Manuel Santos como el ministro del Interior, Guillermo Rivera, dijeron que “va a ser muy difícil” volver a dialogar sin que la guerrilla demuestre que tiene intenciones de alcanzar la paz. “En la medida en que el ELN continúe con estas acciones demenciales, terroristas, no hay lugar a restablecer los diálogos”, dijo Rivera al canal Caracol.
El paro armado, que comenzó el sábado a las seis de la mañana y terminará el martes a la misma hora, tenía como objetivo presionar al gobierno para retomar esas conversaciones, que fueron suspendidas el 10 de enero después de una serie de acciones armadas del ELN.