El primer ministro y el canciller de Turquía advirtieron ayer a Estados Unidos que las relaciones entre los dos países pueden romperse de manera definitiva si no cesa su respaldo a las Fuerzas Democráticas Sirias. Estas milicias están integradas por varios grupos de kurdos que forman parte de la oposición en Siria y están instaladas en la frontera con Turquía, en una zona que incluye a las ciudades de Afrín y Mambij.

Estados Unidos reveló en enero que formará a esas fuerzas para que se conviertan en una guardia fronteriza en la línea que divide a Siria y Turquía, con el objetivo de evitar el regreso a la región del grupo yihadista Estado Islámico. Además, el fin de semana las respaldó en un enfrentamiento con fuerzas leales al gobierno de Siria, y el miércoles las visitó el máximo representante de la coalición internacional que lidera Estados Unidos para luchar contra Estado Islámico en Irak y Siria.

El gobierno turco considera que esta milicia kurda siria es aliada del Partido de Trabajadores de Kurdistán, organización que Turquía considera terrorista, por lo que intenta evitar que se instale del otro lado de su frontera sur. El 20 de enero lanzó una serie de ataques aéreos y terrestres que ha acompañado con advertencias a Estados Unidos de que tiene que terminar con su alianza con los kurdos sirios. Por su parte, Estados Unidos se ha limitado a responder mediante la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, que comprende las “preocupaciones legítimas” de Turquía por su seguridad y que lamenta el incremento de la violencia en Afrín, porque esta era “un área relativamente estable de Siria”.

En la previa de la visita del secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, prevista para el jueves, autoridades turcas redoblaron ayer las advertencias y aseguraron que habrá ruptura de relaciones si Estados Unidos no renuncia a apoyar a los kurdos sirios. “Los lazos con Estados Unidos se encuentran en un punto muy crítico. O arreglamos estas relaciones o se romperán por completo”, advirtió el canciller, Mevlüt Çavusoglu. “Nuestra expectativa es clara: ya no queremos promesas, queremos pasos concretos”, agregó.

Por su parte, en otro acto, el primer ministro turco, Binali Yildirim, señaló que su país consideró a Estados Unidos un socio estratégico “durante muchos años”, pero ahora puede perder esa categoría si no “toma una decisión correcta” y deja de apoyar a la milicia kurda.

Mientras tanto, más allá de las palabras, continúan los enfrentamientos. Turquía aseguró ayer que han muerto 31 de sus soldados desde que comenzó la operación en la ciudad de Afrín, dominada por la milicia. Esa operación, dijo, ha destruido 627 “objetivos” y abatido, capturado o herido a 1.369 “enemigos”. Por su parte, las milicias kurdas sirias anunciaron ayer que derribaron un dron turco que sobrevolaba Afrín.