El presidente de Brasil, Michel Temer, confirmó ayer un secreto a voces de los últimos días: el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, va a dejar su cargo para lanzar su candidatura a la presidencia para las elecciones de octubre. “Esa era su intención, lo cerraremos en estos próximos días”, dijo Temer al medio digital Broadcast Político.
Para ser candidato Meirelles dejará su Partido Social Democrático, porque esta organización política está negociando un posible respaldo al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin. Meirelles se afiliará al partido de Temer, que a fines del año pasado, en un intento de hacerle un lavado de cara, eliminó la palabra “Partido” de su nombre y pasó a llamarse Movimiento Democrático Brasileño (MDB), el nombre con el que fue fundado en 1965 para enfrentar a la dictadura.
Al parecer la de Meirelles no será la única candidatura dentro del MDB: el presidente Temer sugirió el viernes que se postulará a continuar en su cargo, algo que se había comprometido a no hacer cuando asumió la presidencia en sustitución de Dilma Rousseff. “Sería una cobardía no ser candidato”, dijo a la revista IstoÉ. “Es natural que quien preside una nación dispute la reelección”, consideró. “Recuperé un país que estaba siendo fundido”, dijo Temer, y bromeó con que su popularidad “mejoró 100%” al crecer del 3% del año pasado al 6% de enero.
La posibilidad de que Temer fuera candidato ganó fuerza en febrero, cuando ordenó la intervención del Ejército en la seguridad de Río de Janeiro utilizando la figura de la “intervención federal”, que inviabiliza la aprobación de cambios constitucionales en el Congreso, con lo que se descartó la votación de la impopular reforma previsional que impulsaba. En la entrevista, Temer reconoció que fue en ese entonces que empezó a pensar en postularse y dijo que la seguridad pública será el eje principal de su plataforma electoral.
Dentro del MDB, la convivencia de ambas candidaturas no es un problema: la idea es que avancen las dos en paralelo y se evalúe cuál obtiene más respaldo en la población. Actualmente, Temer figura en las encuestas con 1% de intención de voto y Meirelles con entre 1% y 2%, dependiendo de cuáles sean los otros candidatos que compitan. La idea es que si la candidatura de Temer se fortalece, Meirelles sea su candidato a vicepresidente, y si, por el contrario, se cae, sea el ex ministro de Hacienda quien se postule a la presidencia.