China es hoy “una gran nación cuyo orgullo está justificado”, dijo el presidente Xi Jinping. “Con su espíritu de invención y creatividad, hará con toda seguridad nuevos milagros”, agregó en un discurso que cerró el plenario anual de la Asamblea Nacional Popular. De esa instancia Xi salió fortalecido y con la posibilidad de aspirar a la reelección por un número ilimitado de mandatos.

Dio su discurso frente a 3.000 delegados en el Palacio del Pueblo, en Pekín. “Hoy, más que nunca, el pueblo chino está cerca de cumplir su sueño”, dijo.

Además de dirigirse a su país, hubo en el discurso de Xi mensajes para el exterior, en un momento en que Estados Unidos ha identificado a China como un rival para sus intereses. Según citó la agencia de noticias Efe, Xi dijo que China “nunca buscará la hegemonía o se enzarzará en el expansionismo”, y consideró que “sólo aquellos que están acostumbrados a amenazar pueden ver a cualquiera como una amenaza”. El gobernante dijo que su país va a tener una mayor apertura, gradual, a las inversiones y las importaciones, y pidió a Estados Unidos que actúe “racionalmente”, porque en una guerra comercial “nadie saldría ganador”.

Un punto en el que se detuvo Xi fue la unidad territorial de China, y aludió, sin nombrarlo, a Taiwán, cuyo gobierno tiene un perfil independentista desde 2016. También en este caso el mensaje involucró a Estados Unidos, porque días atrás ese país aprobó una ley que impulsa los contactos directos con las autoridades de Taiwán, señaló la agencia de noticias Reuters.

Xi dijo que en China hay 56 nacionalidades que conforman “una gran familia”, y agregó que no se permitirá ningún intento de separar siquiera una parte del territorio de su país. “Es una aspiración del pueblo chino salvaguardar la soberanía y la integridad territorial, y llevar adelante la reunificación completa de China”, dijo. Cualquier intento de dividir al país, añadió, está “condenado al fracaso” y enfrentará “el castigo de la historia”.