“La investigación continúa, pero ya está bastante claro que no hay conexión con la seguridad nacional”, dijo ayer el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y descartó que hubiera una motivación terrorista detrás del atropellamiento masivo del lunes en Toronto. El canadiense Alex Minassian, de 25 años, fue identificado como el hombre que subió a la vereda de una calle transitada con la camioneta alquilada que conducía y atropelló a varias personas.
Después, Minassian detuvo la camioneta, frente a la cual había un policía, y le pidió al funcionario que le disparara en la cabeza, e incluso hizo varias veces el gesto de meterse la mano en el bolsillo y luego sacarla y estirar el brazo, como si estuviera sacando un arma. Pero lo que tenía en la mano era otro objeto, que podría ser su celular. El agente, cuya actuación fue destacada por la Policía de Toronto, le dijo que no le dispararía aunque tuviera un arma y le pidió que se entregara, lo que finalmente sucedió.
Minassian compareció ayer ante la Corte de Justicia de Ontario, donde recibió diez acusaciones por asesinato en primer grado y 13 por tentativa de asesinato, en correspondencia con las personas que mató y dejó heridas.
Sus motivaciones eran hasta ayer desconocidas. El diario canadiense The Globe and Mail conversó con varios de sus conocidos, quienes dijeron que Minassian no tenía afiliaciones políticas o religiosas conocidas.
También se publicó que Minassian fue a un liceo para estudiantes con necesidades especiales y que después hizo un curso de informática. Sus compañeros de clase contaron al mismo medio que era introvertido y que tenía importantes tics nerviosos, a tal punto que pusieron en duda que supiera conducir un vehículo o incluso que pudiera hacerlo. La Policía interrogó a varios testigos y maneja la hipótesis de que Minassian tenga algún problema de salud mental.