El titular de la Autoridad Nacional Electoral de Egipto, Lashin Ibrahim, oficializó ayer lo que todos preveían: que Abdelfatah al Sisi seguirá en la presidencia por un nuevo período de gobierno. En las elecciones, que se desarrollaron del 26 al 28 de marzo, los votantes “participaron por millones [...] cantando en los centros electorales lemas nacionalistas, expresando el sentimiento de sus conciencias y mostrando que forman una única fila detrás de su patria”, celebró Ibrahim.

La victoria de Al Sisi se daba por descontada porque el presidente no tenía ningún rival con oportunidad de ganar. Varios candidatos fueron inhabilitados, arrestados o denunciaron intimidaciones, y en enero algunos abandonaron su campaña para boicotear un proceso electoral en el que no confiaban. El único que compitió contra el presidente fue Musa Mustafa Musa, líder de un partido minoritario que apoya al gobierno. Apenas 2,92% de los votantes respaldaron a Musa, mientras que Al Sisi consiguió el apoyo de 97,08%.

El presidente egipcio llegó al gobierno en 2013 con un golpe de Estado que él lideró como general del Ejército y que derrocó a un gobernante que había surgido de las urnas, el islamista Mohamed Mursi. Al año siguiente, cuando se convocó a elecciones, Al Sisi abandonó sus cargos militares y se postuló a la presidencia. También esa vez casi todos los votos fueron para él, 96,9%.

Con estos antecedentes, la mayor incógnita de las elecciones de la semana pasada se encontraba en la participación. Ayer se informó que votó 41,05% de los habilitados, un porcentaje menor al 47,45% de 2014. Esa caída fue una mala noticia para el gobierno, y ocurrió a pesar de que los medios estatales, de acuerdo con la agencia de noticias Reuters, presentaban la abstención como una traición a Egipto. Otra agencia, Efe, informó que para promover la participación, en el segundo día de elecciones la Autoridad Nacional Electoral amenazó con aplicar una ley que multa con 500 libras egipcias, unos 28 dólares, a quienes no emitieran su voto. En su primer discurso después de conocer los resultados, Al Sisi dijo que trabajará tanto para quienes lo votaron como para los que no lo hicieron.

Fuera de Egipto hubo mensajes para el gobernante. El Departamento de Estado estadounidense emitió un comunicado en el que afirmó: “Estamos impacientes por continuar trabajando con el presidente Abdelfatah al Sisi para avanzar en nuestra colaboración estratégica y hacer frente a nuestros retos comunes, al tiempo que se fomenta el respeto y la protección de derechos y libertades básicos”. Por su parte, el gobierno de Rusia felicitó al mandatario por su “convincente victoria”.

En Egipto, un país que se encuentra en estado de emergencia desde hace un año, a partir de que sufrió atentados terroristas contra iglesias cristianas, un grupo de personas salió ayer a la plaza Tahrir de El Cairo, emblemática de la Primavera Árabe, a festejar que Al Sisi ganó las elecciones.