El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil rechazó por seis votos a cinco el recurso de hábeas corpus presentado por la defensa del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para evitar que fuera detenido. El recurso reclamaba que Lula no empezara a cumplir su condena a 12 años de prisión hasta que no fuera ratificada por los máximos órganos judiciales del país. Con el rechazo del STF, comienza una serie de procesos que probablemente derive, la semana que viene, en la detención de Lula.

La decisión del tribunal no tiene como efecto automático la detención de Lula porque todavía no terminó el proceso en su contra en el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), que es de segunda instancia. Fue la asesoría de prensa del TRF-4 la que se encargó ayer de hacer esta aclaración. En un comunicado, informó que el juez Sérgio Moro, que fue el que condenó a Lula y el que debe emitir la orden de detención, usualmente espera a que termine el proceso en el TRF-4 antes de cumplir con este último paso.

La defensa de Lula tiene plazo hasta la medianoche del martes 10 para presentar un nuevo recurso, que es simplemente aclaratorio y no modifica la condena. Los tres jueces que conforman el TRF-4 pueden rechazar ese recurso -lo que permitiría la detención de Lula-, o aceptar tramitarlo, algo que podría suceder recién a fines de abril. En este último caso, la detención llegaría después del fallo final.

La balanza en el STF se inclinó con el quinto voto, el de la magistrada Rosa Weber, quien votó en contra del hábeas corpus después de decir que su convicción era la de votar a favor. Weber explicó esta aparente contradicción argumentando que el STF ya decidió, en 2016, que una persona puede ser detenida para empezar a cumplir con su condena una vez que esta es ratificada en un tribunal de segunda instancia. Recordó que ella no estuvo de acuerdo con esa decisión -que es preliminar, porque todavía debe ser confirmada en una segunda votación- pero que desde ese entonces se ha convertido en una regla para los diferentes casos, incluso para otros hábeas corpus. Consideró que una vez que el STF adoptó una posición “colectiva” esa debe ser “la voz de la institución” y no puede cambiar de un caso a otro.

“El tema de fondo debe ser reevaluado”, dijo Weber. Reiteró así un reclamo que el magistrado Gilmar Mendes ya le había planteado a la presidenta del STF, Cármen Lúcia, que se ha negado a incluir en la agenda del tribunal esa votación pendiente en la agenda del máximo órgano judicial de Brasil. Lúcia ha argumentado que colocar este tema en la agenda a raíz del caso Lula sería “disminuir” al STF. Ayer algunos diputados y senadores del Partido de los Trabajadores (PT) responsabilizaron a Lúcia por una eventual detención de Lula, señalando que fue su decisión la que condicionó a algunos magistrados a votar en contra del hábeas corpus.

Después de terminar la votación sobre el hábeas corpus, el STF decidió no aceptar otro pedido presentado por la defensa de Lula. En este caso, la solicitud era que el ex presidente no sea detenido hasta que el STF tome una decisión definitiva sobre si las condenas deben empezar a cumplirse después del fallo en segunda instancia o una vez que el proceso ya no tiene más recursos pendientes.

Calles y redes

Movilizaciones a favor y en contra de Lula habían empezado muy temprano en decenas de ciudades. En Brasilia, unos y otros habían convocado a la Explanada de los Ministerios, frente a la cual se ubica la sede del STF, y estaban separados por vallas, tal como sucedió en la votación final del impeachment contra Dilma Rousseff. Además, había en el lugar una fuerte presencia policial.

En la movilización a favor de Lula hablaron a los manifestantes la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, y el líder del PT en Diputados, Paulo Pimenta, quienes aseguraron que la decisión de ayer no implicaba sólo a Lula sino al “respeto a la democracia”. Pimenta dijo que se definía “si Brasil se va a entregar al deseo golpista”.