A casi cinco meses de las elecciones del 26 de noviembre, la crisis política continúa en Honduras, donde la oposición considera fraudulento el resultado oficial que le dio el triunfo al presidente Juan Orlando Hernández. Por eso el domingo volvió a convocar protestas como las que siguieron a la votación y que se extendieron hasta enero.
La candidatura de Hernández fue cuestionada desde que se anunció, porque la Justicia decidió habilitarla pese a que la Constitución le prohíbe al presidente postularse a la reelección. A estas críticas se sumaron en noviembre las que recibió el escrutinio oficial, que revirtió las primeras tendencias y le dio el triunfo al oficialismo.
Una encuesta que elaboró este año la institución jesuita Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación concluye que más de la mitad de los hondureños creen que el candidato más votado fue Salvador Nasralla, de la Alianza de Oposición, y seis de cada diez consideran que hubo fraude en las elecciones.
De acuerdo con este estudio, citado por la agencia de noticias Efe, 61,1% de los encuestados afirma que la reelección de Hernández es ilegal. La institución que elaboró el sondeo informó que ya en diciembre de 2016, cuando se hicieron las encuestas para otra investigación similar, seis de cada diez hondureños estaban en contra de la reelección del presidente.
Oficialismo y oposición han manifestado su intención de dialogar para buscar una salida a la crisis política. A comienzos de abril, el opositor Nasralla reclamó que el Parlamento aprobara un proyecto para que el gobierno quede obligado a cumplir el acuerdo que se alcance en ese diálogo, y le pidió a Hernández que renuncie a la presidencia. El ex candidato manifestó que su Alianza de Oposición es la que debe llegar al gobierno, ya sea mediante el reconocimiento de que fue la más votada en noviembre o mediante una consulta a los hondureños acerca de si quieren o no nuevas elecciones. “Si el Congreso dice que no a esos reclamos, entonces el Congreso será el que rompa el posible diálogo”, concluyó.
El intento de acercamiento entre gobierno y oposición, en el que participa el coordinador permanente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Honduras, Igor Garafulic, no logró avances hasta ahora. De acuerdo con Hernández, el diálogo está estancado debido a la falta de acuerdo entre los propios dirigentes de la oposición sobre su postura en estas conversaciones. Por su parte, Nasralla lo atribuye a que “no existe voluntad política del gobierno para resolver la crisis electoral provocada por el fraude”.
El domingo, la Alianza de Oposición decidió en una asamblea extraordinaria ratificar a Nasralla como su líder, y anunció más de una decena de movilizaciones desde mayo a diciembre. El ex presidente Manuel Zelaya, coordinador de esa coalición (que incluye a su partido, Libertad y Refundación, y la alianza entre el Partido Innovación Nacional y Unidad Social Demócrata), dijo que a partir de ese día se iniciaba “un proceso de insurrección total” para apartar del poder a Hernández, porque el “fraude” en las elecciones “no se va a quedar así”.