El ex presidente de Armenia Serzh Sargsyan fue elegido ayer por el Parlamento primer ministro de ese país con 76 votos a favor y 17 en contra, en medio de fuertes protestas contra su continuidad en el poder. Sargsyan, de 63 años, fue propuesto por la coalición oficialista formada por el Partido Republicano y la Federación Revolucionaria Armenia.

El ahora primer ministro, que gobernó durante los últimos diez años, dejó la presidencia del país la semana pasada en manos de Armen Sargsyan –de quien no es familiar, a pesar de compartir apellido–. Para los opositores, este cambio es puramente simbólico. Según sostienen, como la Constitución armenia impedía que Serzh Sargsyan pudiera aspirar a un tercer mandato presidencial consecutivo, el político de derecha optó por fortalecer las facultades del primer ministro y postularse a ese cargo. Esto fue posible gracias a la reforma constitucional que impulsó en 2015 y por la que el país pasó de tener un sistema presidencialista a uno parlamentarista. Gracias a esa reforma, el puesto de primer ministro asumió más competencias ejecutivas.

Fuera del Parlamento, y contenidas por un cerco de alambre de púa, cerca de 3.000 personas manifestaban su rechazo a la elección de Sargsyan. Unas horas antes, el diputado de la alianza opositora Yelk (“Salida”, de tendencia liberal), Nikol Pashinyan, proclamó “una revolución popular no violenta, de terciopelo”, en el país.

La oposición convocó durante toda la jornada de ayer a sentadas en las afueras de distintos edificios del gobierno, como la Fiscalía General, la cancillería y otros ministerios, con el objetivo de “bloquear” la actividad de los funcionarios públicos. Pashinyan insistió en todo momento en no utilizar la fuerza. Agregó, además, que la movilización principal, que tuvo lugar en la capital armenia, Ereván, se replicó en menor medida en otras ciudades del país, incluida Gyumri, la segunda más poblada.

Las protestas antigubernamentales comenzaron el viernes pero se radicalizaron el lunes, cuando los enfrentamientos violentos entre los manifestantes y la Policía causaron 46 heridos, según reportó la agencia de noticias Europa Press. Las autoridades llamaron a los periodistas a “guardar una distancia razonable” de los manifestantes para no verse afectados por posibles acciones de represión.

Medios locales difundieron en las últimas horas videos en los que se veía a policías lanzar gases lacrimógenos y bombas de estruendo a los manifestantes. Desde el lunes hasta ayer, la Policía arrestó a cerca de 80 opositores, aunque la mitad ya había sido liberada al cierre de esta edición.

La Policía aseguró ayer que las fuerzas de seguridad están “preparadas para cumplir con sus obligaciones en cualquier momento” y advirtió que “tienen derecho a recurrir a la fuerza” en caso de que continúen “las acciones ilegales”. Los medios locales informaron que se espera que las protestas continúen hoy.