Si bien los días previos fueron bastante tranquilos en cuanto a movilización, ayer, durante la jornada de las elecciones universitarias, las listas de estudiantes, docentes y egresados de las facultades de la Universidad de la República (Udelar) hicieron un gran despliegue con puestos con listas, música, carteles y globos en los servicios. El que hizo su primera intervención en las elecciones fue el movimiento de autoconvocados Un Solo Uruguay, que presentó una lista en el orden de egresados de la Facultad de Veterinaria. Había 262.000 universitarios habilitados para votar, y los números del escrutinio primario, que comenzaron a subirse a la web de la Corte Electoral anoche, se conocerán a partir de la tarde de hoy.
El rector Roberto Markarian aseguró, conforme, que la jornada fue “extraordinariamente normal”. Las elecciones definirán la integración de los consejos de cada facultad (excepto el de la Facultad de Información y Comunicación), de los claustros de todas las facultades y de la Asamblea General del Claustro (AGC), organismo central de la Udelar, que asesora al Consejo Directivo Central en diversos temas y es el órgano que elige al rector. En los próximos meses terminan su mandato los decanos de las facultades de Medicina, Química, Ingeniería, Derecho y Ciencias Sociales, y serán los claustros los encargados de su renovación. También será la nueva AGC la encargada de elegir al rector, ya que el mandato que actualmente ejerce Markarian termina el 3 de setiembre.
En camino
Ayer, cuando ya estaba por finalizar la jornada electoral, Markarian confirmó que está dispuesto a renovar su mandato como rector. En diálogo con la diaria explicó que tiempo atrás anunció que esperaría a que pasara la elección para definirse porque “no quería influir en el resultado”. “La elección pasó y he comunicado una cosa que parece natural, que efectivamente tengo voluntad de completar muchas de las ideas que empecé en este rectorado que estoy ejerciendo, y por lo tanto es posible que aspire a la reelección”, afirmó.
Pero a la vez que despejó esa incógnita, aseguró que es “prematuro que empecemos la campaña ya”. “No voy a entrar en campaña a tres meses y medio de que venza el período, porque me parece totalmente fuera de escala comenzar una discusión tan tempranamente”, añadió, y recordó que en 2014, cuando fue electo rector, aceptó la candidatura el 15 de junio, siendo que el cargo de rector, que entonces ejercía Rodrigo Arocena, venció el 17 de agosto.
Mencionó que sus prioridades para los próximos meses son la aprobación del nuevo estatuto del personal docente, la Rendición de Cuentas, el estudio de los problemas internacionales de la educación superior (que estarán en debate en la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe convocada por la UNESCO) y la presidencia de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, para la que fue electo esta semana. “Tengo demasiado que hacer como para que la Universidad empiece a ver tempranamente quién es y quién no es candidato. Eso no quiere decir que quien quiera opinar lo haga; yo no voy a opinar, más que decir que estoy dispuesto”. “Cuando acepté ser candidato, hace cuatro años, no tenía ningún cargo de gobierno ni en ningún lado, y ahora, por lo tanto, tengo que tener más cuidado porque soy el rector y tengo que cuidar que mi cargo no influya en una posible reelección”, afirmó.
Otros de los posibles candidatos que se han manejado en conversaciones entre dirigentes de los órdenes son los decanos de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, Rodrigo Arim, y el de Medicina, Fernando Tomasina.
Votar o votar
Como en otras elecciones universitarias, la ocasión genera debate sobre la obligatoriedad del voto, un tema que fue abordado recientemente en los órganos centrales de la Udelar. En octubre de 2016, a raíz de la presentación del proyecto de ley del senador Pablo Mieres para eliminar la obligatoriedad del voto en las elecciones universitarias y las del Banco de Previsión Social, la AGC conformó un grupo de trabajo para analizar el tema y terminó resolviendo, por mayoría, que no consideraba conveniente modificar la situación.