El grupo armado vasco ETA hizo público ayer, desde Ginebra, un comunicado acerca de su disolución, muy similar al que trascendió el miércoles, pero el nuevo documento está dirigido al pueblo vasco. Allí confirma que ha “desmantelado totalmente el conjunto de sus estructuras” y “da por concluida toda su actividad política”, para “favorecer una nueva etapa histórica”. Señala que sus “ex militantes” van a continuar “en otros ámbitos” con “la lucha por una Euskal Herria reunificada, independiente, socialista, euskaldun [vascohablante] y no patriarcal”.

El sistema político español reaccionó ante la disolución de ETA, que se espera que sea reafirmada hoy en un acto. “Hoy es un día importante de cara al futuro de nuestro país porque ETA ha desaparecido para siempre”, dijo el presidente del País Vasco, Iñigo Urkullu, antes de agregar que el anuncio “precisa de una valoración reposada, serena y profunda”.

En cambio, el gobierno español ya anunció que no habrá ningún cambio en las políticas con respecto al conflicto en el País Vasco. El presidente Mariano Rajoy dijo ayer que los anuncios del grupo armado vasco son “mucho ruido y propaganda” y pidió que “nadie se llame a engaño”, porque “ETA puede anunciar su desaparición pero no desaparecen ni sus crímenes ni la acción de la Justicia para perseguirlos y castigarlos”.

Por su parte, la coalición vasca de movimientos y partidos de izquierda Sortu celebró como un logro de “la voluntad de la sociedad vasca” el “paso” dado por ETA y consideró que este “interpela” a los gobiernos del País Vasco y de España para “avanzar en el camino de la paz y la libertad” con “medidas proactivas a favor de la solución integral del conflicto vasco”.