La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) no estará sola en su convicción de que el PIT-CNT no debe respaldar el proyecto de país que impulsan los gobiernos del Frente Amplio (FA). De cara al próximo Congreso de la central sindical, que se llevará a cabo desde el 17 hasta el 19 de mayo, un sector de sindicatos públicos, de la educación y de otros rubros suscribieron un documento muy similar al de COFE, que coincide en remarcar la distancia que los separa de la gestión de la actual administración.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada, la Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay, la Agrupación UTE, la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República, el Sindicato de Artes Gráficas, la Unión de Funcionarios del Codicen, el Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay y la Unión Ferroviaria (UF) firmaron un texto en el que advierten sobre el “agotamiento del modelo redistributivo que implementó el progresismo”. Critican que el FA haya intentado “eludir el conflicto estructural para asegurar la estabilidad policlasista y con ello la distribución desigual de la riqueza”.

En un contexto de enlentecimiento económico, sostienen, las clases dominantes buscan conservar sus privilegios y desatan una “ofensiva”. “En ese marco se inscriben la creación y el programa de la confederación de las cámaras patronales, la escalada contra el gasto público, la ofensiva mediática y la conducción política del movimiento agrario que dinamizó su propio ciclo de protestas con una agenda regresiva y antipopular”, subrayan los sindicatos. En Uruguay, al igual que en la región, “la derecha dura y pura vuelve por el control de los gobiernos con una política de ofensiva, implementando programas centrados en la desvalorización de la fuerza de trabajo, con bajas de salario, desmantelamiento de derechos”, afirman.

En esta coyuntura, los firmantes discrepan con la propuesta de los sindicatos mayoritarios, agrupados en la corriente Gerardo Cuesta, de respaldar el “bloque de los cambios” que representan el FA y el gobierno. “La fuerza política en el gobierno hace más de una década no ha promovido procesos de transformación reales, que permitieran un avance de la clase trabajadora, ya no en términos de conquistas de derechos o mejoras coyunturales en el esquema redistributivo, sino estructurales y definitivas”, entienden.

Sostienen que el movimiento sindical no debe ser “indiferente” al gobierno de turno, pero tiene que mantener su independencia. “La independencia de clase [...] no se practica cuando se ‘normaliza’ la participación de agentes de gobierno en actividades de la CNT. No se practica cuando cada crítica que se plantea al gobierno es ineludiblemente precedida por una lista de acciones positivas”, se señala en el documento. Los sindicatos agregan que los trabajadores tienen que defender “las conquistas y avances que se lograron durante el período progresista”, pero oponerse “a todas las decisiones de este mismo gobierno que llevaron a dotar de más poder a las clases dominantes, a extranjerizar la economía, a profundizar la dependencia y a preservar la desigualdad estructural”.

El documento concluye que no hay dos modelos de país en confrontación, sino que estos están “atravesados por un mismo hilo conductor: el mantenimiento del patrón capitalista de acumulación”. De todos modos, señala que el proyecto del FA es el “menos malo”.

La plataforma

Como corolario de este diagnóstico, los sindicatos firmantes proponen, entre otras medidas, cooperativizar fábricas que cierren o estén muy endeudadas, nacionalizar las “grandes industrias estratégicas fuertemente extranjerizadas”, prohibir la venta de ganado en pie, rechazar “los megaproyectos impulsados por el imperialismo, las pasteras como UPM ex Botnia, Montes del Plata y otras que se planteen”, nacionalizar los recursos minerales y del subsuelo, instalar un ente testigo para el sector pesquero, expropiar los grandes latifundios de más de 2.000 hectáreas, estatizar el gas, los puertos y los aeropuertos, y declarar “ilegítima” la deuda externa, “promoviendo un amplio frente social para lograr la moratoria para poder auditarla”.

Ricardo Cajigas, dirigente de la UF, explicó a la diaria que su sindicato firmó este documento y no el de COFE porque “reflejaba más” sus posiciones. Por ejemplo, a diferencia del documento de COFE, el de los sindicatos mencionados destaca la inversión social realizada por los gobiernos frenteamplistas, que “generó un gran alivio en las circunstancias de vida de cientos de miles de personas”.

De todos modos, Cajigas remarcó que “en las cosas fundamentales hay acuerdo” con COFE. Por ejemplo, en la afirmación de que no hay dos modelos de país en disputa porque “el proyecto de país que está aplicando el actual gobierno no es el de los trabajadores”. “Es indudable que con el otro proyecto de país, el neoliberal, el que han impulsado los blancos y colorados y que está reflejado en parte en el programa de los autoconvocados, tenemos muchísimas más diferencias. Con el proyecto que lleva adelante el actual gobierno tenemos diferencias no tan importantes, pero no es el mismo proyecto del PIT-CNT”, sostuvo Cajigas.