Los iraquíes votaron ayer para elegir al nuevo Parlamento, de 329 escaños, del que deberá surgir un nuevo gobierno. Las principales listas eran encabezadas por el actual primer ministro Haider al Abadi, un chiita que buscará mantenerse en el cargo, o por el clérigo Moqtada al Sadr, también chiita, quien en 2003 lideró una milicia que se opuso por la vía de las armas a la invasión de Estados Unidos.

Al Sadr es actualmente el líder de la oposición y respaldó en las elecciones de 2006 y 2010 al ex primer ministro Nuri al Maliki, también chiita. Por su parte, durante su gestión como primer ministro Al Abadi ha logrado mantenerse como un aliado tanto de Estados Unidos como de Irán, dos países enfrentados entre sí.

De acuerdo con resultados preliminares y extraoficiales citados por la agencia de noticias Reuters, Al Abadi lideraba el conteo de votos y Al Sadr quedaba en segundo lugar, lo que marcaría un crecimiento del apoyo al clérigo. El único dato oficial que se había informado al cierre de esta edición era el de la participación, que fue de 44,5%, 15 puntos porcentuales menos que hace cuatro años. Por la baja participación, el partido Coalición Nacional, del vicepresidente iraquí, Iyad Alaui, pidió la repetición de las elecciones cuando “se brinden las condiciones necesarias”.

Además, algunos políticos opositores denunciaron que hubo una manipulación de los votos, que por primera vez se emitieron de forma electrónica. Al Abadi le solicitó a la Comisión Suprema Electoral que atienda todas las denuncias y dé a conocer los resultados lo antes posible. Algunos medios informaron que podrían conocerse en la jornada de hoy.