Ayer se multiplicaron las reacciones contra el accionar del Ejército israelí, que el lunes mató a 60 palestinos que se manifestaban en Gaza contra el traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén. Una de las condenas más duras provino de la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, que ayer consideró “bastante claro” que Israel “está matando de forma indiscriminada”.
“Parece que cualquiera puede ser asesinado o herido –mujeres, niños, periodistas, personal de primeros auxilios– si se acercan a más de 700 metros de la valla [que separa Gaza de Israel]. Le dispararon a un doble amputado. ¿Qué amenaza puede representar un hombre que no tiene piernas?”, cuestionó el portavoz de la oficina, Rupert Colville.
El vocero dijo además que “el uso de la fuerza letal debe ser el último recurso, no el primero, y debe responder a una amenaza a la vida”, algo que “claramente”, insistió, no representa ni el intento de saltar una valla ni el lanzamiento de cócteles molotov. Colville agregó que “la comparación de cifras [de afectados] habla por sí sola”, ya que sólo un soldado israelí sufrió una lesión leve.
Otra respuesta fuerte fue la de Turquía, que respondió a Israel con una batería de medidas. Ayer, como señal de protesta, el gobierno pidió al embajador israelí, Eitan Na’eh, que regrese a su país. También llamó a consultas a sus representantes en Israel, según informó el portavoz del gobierno turco, Bekir Bozdag. El domingo, horas antes del traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había declarado esa ciudad “capital de Palestina”.
Ayer, durante su visita a Londres, el mandatario turco criticó también la actitud de Estados Unidos, que a su entender “renunció” al papel de mediador entre Israel y Palestina. “Estados Unidos ha adoptado una posición que contribuye al conflicto”, resumió.
Por su parte, el gabinete de ministros palestino responsabilizó ayer al “gobierno de ocupación israelí” y al de Estados Unidos de la “brutal masacre” contra palestinos en Gaza. En un comunicado, el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina aseguró que llevará ante la Corte Penal Internacional lo que considera “crímenes de guerra israelíes” y volvió a solicitar protección internacional para su pueblo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU y al Consejo de Seguridad.
Este último se reunió ayer de urgencia, a pedido de Kuwait, para debatir sobre la situación en Gaza. Todos los presentes denunciaron con mayor o menor énfasis el uso excesivo de la fuerza por parte del Ejército de Israel, excepto Estados Unidos, cuya embajadora ante la ONU, Nikki Haley, incluso se animó a asegurar que “ningún país habría actuado con más contención”. La representante del gobierno que lidera Donald Trump responsabilizó por las muertes palestinas a los “terroristas” del grupo islamista Hamas y a Irán, por respaldarlo. Hamas “está encantado con los resultados del lunes”, agregó Haley.
Las protestas en Gaza siguieron ayer, con menor intensidad, en el marco del paro general decretado por el presidente palestino, Mahmud Abbas, y en el día en que se conmemoraron los 70 años de la Nakba (“Catástrofe”), como denominan al exilio de más de 700.000 palestinos que supuso la creación del Estado de Israel. Durante la jornada de ayer, dos personas murieron por disparos de las fuerzas israelíes, informó el Ministerio de Salud palestino.