El Partido Comunista, principal objetivo de la dictadura de Augusto Pinochet, es el que cuenta hoy con más personas afiliadas en Chile. El Servicio Electoral de ese país dio a conocer las cifras de los militantes registrados en el sistema de partidos, que aumentó 27% entre abril de 2017 y el mismo mes de 2018, y superó así los 360.000. El Partido Comunista encabeza la lista de afiliados con 50.791 y es, además, la organización política que más ha mantenido la tendencia al crecimiento en los últimos años, informaron medios chilenos.
El que dio el salto más alto desde abril de 2017 es Revolución Democrática, el partido liderado por el diputado Giorgio Jackson, que es una de las mayores organizaciones políticas de la coalición de izquierda Frente Amplio. Ese partido creció de 10.100 afiliados en abril de 2017 a 42.687 en 2018. Durante el año pasado, Revolución Democrática hizo una intensa campaña entre militantes del Frente Amplio con el objetivo de contar con el número de afiliados suficiente para recibir financiamiento estatal destinado a hacer elecciones primarias. Sólo figura un partido de derecha entre los cinco que cuentan con más inscriptos: se trata de la Unión Demócrata Independiente, que tiene 40.654 afiliados. El otro partido de derecha fuerte, Renovación Nacional, al que pertenecía el presidente Sebastián Piñera, aparece sexto, con unas 32.000 personas afiliadas. Por su parte, los cinco partidos que integraban la coalición Nueva Mayoría (el Socialista, el Comunista, el Radical, el Partido por la Democracia y Democracia Cristiana) reúnen 228.279, lo que representa el 63% de las personas afiliadas a alguna organización política.
Como contrapartida,la única formación que perdió afiliados desde abril de 2017 es el Partido Progresista, liderado por Marco Enríquez-Ominami.
Reformulando
Los datos confirman que Revolución Democrática es el partido del Frente Amplio que tiene más afiliados, como también sucede con su número de diputados y senadores. El dominio de esta fuerza política en la interna de la coalición ha llevado a que otras de las organizaciones que la integran mantengan reuniones con el objetivo de buscar puntos en común que permitan converger para hacerle un contrapeso.
Por ejemplo, el Movimiento Autonomista, integrado, entre otros, por el diputado Gabriel Boric, hizo una consulta a sus bases en la que incluyó una pregunta acerca de si aprobarían un proceso de convergencia con otras fuerzas políticas dentro de la coalición. El resultado fue afirmativo, y durante junio y julio se hará un “pre-congreso” de militantes en el que se evaluará la posible fusión con otros movimientos del Frente Amplio con los que ya iniciaron conversaciones.
Lucas Palacios, el secretario general de Izquierda Libertaria, que también integra la coalición y que está abierto a nuevas alianzas, dijo que su formación encuentra necesaria “la construcción de un nuevo partido” dentro del Frente Amplio que “exprese y represente las demandas históricas de la izquierda”.
Si bien Revolución Democrática es mayoritaria dentro del Frente Amplio, es uno de 14 movimientos en una coalición que todavía no ha delineado su institucionalidad interna y que el año pasado se convirtió en la tercera fuerza política de Chile. Y las diferencias internas entre Revolución Democrática y la mayoría de sus socios se dejan traslucir con cierta frecuencia. Mientras este partido defiende las conversaciones y alianzas con organizaciones políticas ajenas al Frente Amplio, otros integrantes de la coalición buscan profundizar su perfil de izquierda e impulsar reformas más de fondo, que afecten la distribución del poder y la riqueza en Chile. Esa posición es más resistida por los partidos de centroizquierda en el Parlamento.
Así, mientras los referentes de algunas organizaciones políticas reclaman posturas más contundentes de sus diputados y del Frente Amplio en general, Revolución Democrática pide, por el contrario, moderación y señales de que puede conciliar con otros sectores. Por ejemplo, el diputado Pablo Vidal dijo la semana pasada que es necesario dar “una señal de gobernabilidad” hacia el futuro para demostrar que el Frente Amplio puede llegar al Ejecutivo, para lo cual, afirma, es necesaria una coordinación con Nueva Mayoría.