“La farsa electoral fue derrotada por la ausencia del pueblo”, dijo ayer el diputado Juan Pablo Guanipa, de la alianza opositora Frente Amplio Venezuela Libre. Celebró que “la ganadora” en la jornada electoral del domingo en Venezuela fue la abstención, que llegó a 54%, de acuerdo con el Consejo Nacional Electoral.

La vicepresidenta del ente, Sandra Oblitas, informó que 68% de quienes fueron a votar lo hicieron por el presidente Nicolás Maduro y 21% por su principal contendiente, el ex gobernador del estado de Lara Henri Falcón. Las últimas tres elecciones presidenciales de Venezuela contaron con una participación superior a 79%.

El bajo porcentaje de participación multiplicó los reclamos de la oposición para que se convoque a nuevas elecciones con mayores garantías. Varios partidos que integran el Frente Amplio Venezuela Libre habían afirmado que la fecha anticipada de las elecciones condicionó su participación y que las autoridades no habilitaron la inscripción de algunos dirigentes y organizaciones políticas.

También Falcón, que aunque es opositor decidió postular su candidatura, pidió una nueva votación. “Para nosotros no hubo elecciones”, dijo en un discurso que dio el domingo de noche, antes de que se conocieran los resultados. El candidato dijo que hay “serios cuestionamientos” al proceso electoral que, afirmó, “carece de legitimidad” porque se cometieron muchas irregularidades. Al pedido de Falcón se había sumado otro candidato opositor, el pastor evangelista Javier Bertucci, pero ayer se retractó y dijo que reconocía los resultados.

Por su parte, Maduro celebró el porcentaje de votos que obtuvo. Lo hizo cuando ya se sospechaba que la participación sería baja pero todavía no se había oficializado el porcentaje. Agradeció a sus seguidores por concurrir a las urnas y “sobreponerse a tantas agresiones y mentiras”, en un discurso en el que también llamó a la oposición y a diferentes sectores sociales del país a un diálogo nacional para generar “la reconciliación y el reencuentro”.

Desde el exterior, las elecciones también fueron cuestionadas. Varios países informaron que desconocían los resultados, entre ellos Argentina, Chile y Brasil, que integran el denominado Grupo de Lima, que nació después de una cumbre de algunos países americanos para tratar la situación de Venezuela. Los gobiernos de esos 14 países manifestaron que llamaron a consultas a sus embajadores en Caracas y convocaron a los representantes diplomáticos de Venezuela para manifestar su rechazo a unas elecciones que consideran ilegítimas.

México, que integra ese grupo, dio un paso más y anunció que también reducirá “al mínimo” las actividades culturales y de cooperación entre ambos países y suspenderá “hasta nuevo aviso” las visitas oficiales de alto nivel a Venezuela. La cancillería informó que emitirá una alerta al sector financiero y bancario para advertirle del riesgo que podría enfrentar si hace operaciones con el gobierno de Venezuela, por la situación política de ese país.

También Estados Unidos aumentó la presión imponiendo nuevas sanciones contra Venezuela. El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe a cualquier ciudadano, institución o empresa estadounidense comprar deuda, activos o propiedades del gobierno venezolano, incluyendo a Petróleos de Venezuela SA.