El ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, advirtió ayer sobre un “serio riesgo” de que se desate una guerra en Medio Oriente debido a las nuevas tensiones con Irán por su programa nuclear y a la situación del conflicto en Siria. Las tensiones en la región “son graves”, consideró el funcionario en una entrevista con la radio France Inter.
Además, agregó como elemento nuevo que las crisis de Siria e Irán “se están fusionando”. En este sentido, recordó que en Siria se han utilizado armas iraníes contra Israel, que a su vez ha respondido. “Se dan todas las condiciones para que haya un estallido regional”, afirmó Le Drian, y reiteró la posición de su país a favor de mantener el acuerdo nuclear de Irán firmado en 2015 con otros cinco países y que Estados Unidos abandonó hace dos semanas.
La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, no sólo renunció al pacto nuclear sino que, el lunes, también anunció “sanciones sin precedentes” contra Irán, en palabras del secretario de Estado, Mike Pompeo. “El aguijón de las sanciones se volverá aun más doloroso si Irán no cambia su curso”, dijo Pompeo mientras presentaba los principales ejes de la nueva política frente a Irán.
El objetivo, explicó el funcionario, es firmar un nuevo acuerdo que incluya el abandono definitivo de cualquier ambición nuclear, el desmantelamiento del programa balístico y el fin de la influencia iraní en Medio Oriente. En este último punto, Washington busca respaldar a dos rivales de Irán, Israel y Arabia Saudita, y lograr que el gobierno iraní retire sus fuerzas de Siria, no intervenga en Irak y deje de apoyar a Hezbolá en Líbano y a los rebeldes hutíes en Yemen.
“No vamos a repetir errores del pasado ni permitir una carrera nuclear en la región. Las sanciones pararán cuando veamos un cambio tangible y sostenido en la política de Teherán. Podemos reconocer que tienen derecho a defender a su pueblo, pero no a amenazar al mundo”, concluyó Pompeo. El único en aplaudir la decisión de Washington fue el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien elogió el “fuerte liderazgo” de Trump y su plan “para bloquear la agresión iraní”.
Irán, en cambio, volvió a rechazar las demandas de Estados Unidos. El ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Mohammad Javad Zarif, dijo que lo único que hizo Pompeo fue repetir acusaciones viejas contra Teherán “con un tono más fuerte”. Un poco más duro fue el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, Mohamad Hosein Baqerí, que advirtió ayer ante el Parlamento que “no esperarán el permiso o la sonrisa de nadie para desarrollar sus capacidades militares”. Agregó: “El régimen estadounidense, con sus autoridades indignas de confianza que son títeres de los sionistas, no se atreve a entrar en una guerra directa con Irán e intenta a cambio ejercer presión económica sobre la nación iraní”.
El día anterior, varios políticos iraníes pidieron a las potencias europeas que forman parte del pacto –Alemania, Francia y Reino Unido– que intercedan y demuestren fuerza ante la “presión estadounidense”.