El disparador de la complicada situación en la que se encuentra el presidente Mariano Rajoy fue la sentencia de la Audiencia Nacional de España sobre el llamado “caso Gürtel”, la red de corrupción que involucra al gobernante Partido Popular (PP). El tribunal concluyó el jueves que esa organización política se financió durante años con una “caja B” que mantenía al margen de sus cuentas oficiales.

Pero no sólo eso: los magistrados aseguraron en el fallo que las pruebas sobre esas irregularidades son tan “contundentes” que los testimonios de los miembros del PP que declararon, incluido Rajoy, no son lo “suficientemente verosímiles”. Esto le valió al mandatario una lluvia de críticas de sectores políticos y sociales que cuestionaron su “credibilidad” y su capacidad para seguir dirigiendo el país.

Al día siguiente de la sentencia, el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, presentó una moción de censura contra el presidente con el fin de “recuperar la dignidad” de la democracia. En la moción, Sánchez se propone a sí mismo como sustituto de Rajoy “para sacar a España del lodazal de corrupción en el que la ha sumido el PP”, dijo en una conferencia de prensa.

El líder socialista Sánchez esbozó apenas lo que sería su programa de gobierno, que resumió en torno a cuatro puntos: “Recuperar la normalidad política e institucional, regenerar la vida democrática, poner en marcha una agenda social y convocar elecciones”. Esto último, aclaró, no llegaría de forma inmediata. “Antes de eso hay que regenerar la democracia”, dijo.

La propuesta para desbancar a Rajoy del poder está firmada por los 84 diputados de la bancada socialista. Para ser aprobada, necesita el respaldo de al menos 176 parlamentarios. Por el momento, el único respaldo seguro es el de la coalición de izquierda Unidos Podemos, cuyos diputados ocupan 67 escaños y aumentarían el apoyo a la moción a unos insuficientes 151 votos. El líder de esta formación, Pablo Iglesias, dijo que el apoyo a la moción era “incondicional”.

En cambio, Ciudadanos puso condiciones: el partido de derecha dijo que sólo está dispuesto a apoyar al líder socialista si este convoca a elecciones anticipadas de inmediato y no pacta con partidos nacionalistas e independentistas. Esto último ya fue descartado ayer –de acuerdo con fuentes del partido consultadas por el diario La Vanguardia–, pero Sánchez fue muy enfático en el hecho de que las elecciones se celebrarían, como mínimo, en algunos meses.